Crónicas del palacio: El encanto de las ranas!

Ustedes bien saben que entre los Príncipes, hay una necesidad latente por desencantar ranas!
Estas pueden presentarse en infinidad de versiones. Y ejercen un magnetismo difícil de resisitir!
Tal vez, sacan a flote el espíritu de salvador y héroe que mora dentro de ellos y no reparan en las consecuencias.
Nosotras generalmente, nos quejamos de las conductas nefastas y bizarras que llegan a tener algunos hombres, lo que los degrada inmediatamente a viles sapos, y nos enfocamos tanto a ello que perdemos de vista que también entre las mujeres hay conductas terriblemente letales para una relación!
Esta vez, he enlistado las que creo que son más detestables y que por desgracia, han proliferado entre las de nuestro género, lo cual ya he recalcado con anterioridad, pero en vista de los sucesos,
quisera hacer un llamado de alerta para evitar a toda costa caer en esto tan desagradable y que por resultar cotidiano, nos puede hacer efecto el hechizo y terminemos bien ranas.

Conductas batracias:
El deseo constante de exhibición
La conversación excesiva, desatinada ó venenosa
Las escenas de celos
La desconfianza
Los reproches
Las pataletas sentimentales
El carácter violento
Las preguntas bruscas
La hipocresía
Las "mentirillas"
La coquetería exagerada
Poses infantiles ó de vampiresa
La indiscreción
Demostrar demasiada cultura ó independencia
El exceso de frivolidad
El deseo de lujo: pedantería, presunción
y orgullo exagerado.
Por último, pero no menos importante:
Preguntar sistemáticamente: "¿De dónde vienes?"
"¿Qué hiciste?" "¿Qué piensas?"

Supongo que a estas alturas a más de una ya le estará dando un ataque de feminismo y me creerá loca de atar! Antes de que me juzguen, quienes no compartan esta opinión, denme oportunidad de explicarme, porque dicho sea
de paso, no me saqué esto de la manga, sino que es resultado de investigar la conducta femenina que el hombre aborrece, a fuerza de convivir desde chica con hermanos varones, luego de ser madre de otros tres y esposa del primogénito de otros cinco hermanos, así que ya sumandole los sobrinos, tal como dice La Princesa Diamante, mi castillo es el "Paraíso de los Hombres", puesto
que aquí se les quiere y se les comprende, y yo nunca he sido de las que atacan a la generalidad,
como toda regla, hay sus excepciones y también es nuestro menester no pertenecer a ese tan
descreditado grupito de féminas modernas que se están multiplicando como hongos y amenazan con orillarnos a formar una nueva versión del género femenino.
"La mujer sabia, edifica su hogar", ¿no creen que tanto hogar destruido tenga algo que ver con que las mujeres ya no habiten en ellos? El verdadero hogar es donde está el corazón de la mujer,
ahora esto es un coche, una oficina, las tiendas y almacenes, de verdad...¿ninguna cree que esto
ha dañado su relación al grado de hacerlas perennes solitarias?
Debemos ser encantadoras, pero no de serpientes!

Penélope