Noche de Paz... ¿Dónde estás?

diciembre 29, 2008


¿Cómo debe decirse?"Ooooh! La Navidad llegó!" ò más bien... "La Navidad...llegó! Oooh!"Personalmente, es mi festividad favorita! Creo que paso todo el año esperándola y planeándolo todo, hasta el último detalle!La decoración, galletitas, el menú de la cena familiar, cartas a los que están lejos, abrazos a los que están cerca, y sin embargo, me encuentro con absurdas y patéticas formas que han desvirtuado una fecha tan maravillosa en donde dar y demostrar amor era su fin. Esta es una época realmente particular, porque el consumismo nos arrastra cual tornado. Hay un ataque masivo que nos invita a comprar, a consumir y a celebrar. Y con eso quiero decir las engullidas que damos en comilonas, postres y golosinas con toda clase de bebidas alcohólicas sin medida ni control, que además se utilizan como regalo!
Es aún más difícil para las personas que tienen niños, porque no existe "presa" más vulnerable que ellos!Pero lo más absurdo es el modo en que nuestro tiempo útil se desvanece y al salir de lo cotidianoestamos de golpe ante un conjunto de rituales y costumbres modernas, que al menos a mí, me hace añorar la diaria rutina casera.
Leí hace poco una frase sensacional: "La Navidad es aversiva cuando fractura nuestra costumbre diaria al grado de ignorar en que día estamos!"Las tiendas se ven invadidas por gente enloquecida por el frenesí de las ofertas vigentes, algunascon caducidad inminente, otras verdaderamente absurdas, que dejan claro cuán ignorante puede llegar a ser el comprador compulsivo! Eso de hacer tres horas de fila en el Supermercado cuando anuncian que no se cobrará el IVA,sólo comprueba que se ahorraron $10.00 por hora, puesto que no tomaron en cuenta que ni los alimentos, ni las medicinas lo incluyen, pero se corre la voz y la gente arrasa con el mismo ahínco con que debieran trabajar, y sólo lo explica una sed de aventura que nubla su realidad.
Escuché una encuesta, donde se les pedía a los niños que nombraran tres animales que tuvieran que ver con el significado de la Navidad, y para horror mío, les escuché decir una y otra vez:"El reno, el pingüino y el oso polar!"¿De verdad no hay quién les explique? El arrastrar a los pequeños a las compras decembrinas, donde obtienen gratuitamente el plus de las enfermedades respiratorias, animarlos a pedir sin freno, competir con los demás en lugar de compartir, vivir continuamente amenazados con que no les van a dejar nada bajo el árbol y ser testigo de toda clase de berrinches y pataletas, ha empañado mi brújula navideña.
¿De qué se trata ahora la Navidad?
Basta ver y leer la publicidad que nos invade desde la víspera de Diciembre. Frases ridículas como: "Este Diciembre regala egoísmo!" "Esta Navidad todos quieren ir a Jac & Ray con cerveza al 2 x 1" "Regálate toda la luz esta temporada!" O la tipa totalmente payasa que dice:"Esta Navidad, lo único que quiero, es que sepas lo que quiero!" Es para contestarle: "Pues yo lo que quiero, es que ya no quieras nada!" Tratamientos faciales al 50%, Botox/Dysport al 30%, los transplantes capilares con 20% menos,Tous, Coach, Benetton, Cartier, Mango, Liz Clairborne, Porsche, Hummer, Hugo Boss, Versace,y si de ribete, no sabes pronunciar a Stuart Weitzman ò Kenneth Cole estás de más en el mundo!
Ho, ho, ho...horrible!
Samantha

Como son las despedidas?

diciembre 15, 2008

Existen muchas formas de despedidas; las hay largas y tristes, cortas y sentidas, con un simple adios, una caída de ojos o un profundo abrazo; las hay incluso con una sonrisa y un hasta pronto, o con muchas lágrimas...las hay también fúnebres, solitarias y hasta imaginarias.
En un mundo en el que todo el mundo tiene prisa es difícil tomarse el tiempo para pensar en cuando nos estamos despidiendo de alguien o de algo... pero en realidad siempre lo estamos haciendo, queramos o no.
Qué difícil es pensar que quizá sea hoy el último día de alguien. Que duro es saber que siempre será el día final de alguien y que triste pensar cuantas despedidas se me han quedado en el aire...
Un día de Febrero mi hermano me llamó para avisarme de la muerte de mi tía... hacía más de un año que no la veía y ahora ella se despedía en la distancia dejandome un aplastante mar de cosas sin decir y mil abrazos sin dar...
Me enojé mucho conmigo. Me enojé mucho con el mundo y me dije que no me volvería a pasar, que no me volvería a quedar con las ganas de despedirme de nadie...costara lo que costara.
El 6 de Septiembre hubo otra llamada, esta vez anunciaba fríamente la muerte de mi padre... y otra maldita despedida quedó prendida en el aire... otra vez los abrazos que ya no pueden ser recibidos, las palabras, el último apretón de manos... y la maldita angustia del ya nunca.
Que puedo decir?... odio las despedidas, odio no tener el valor de lanzarme a buscarlas y dejar que lo inevitable me alcance.
Diciembre 2008... Estoy en el 3er round... necesito ir a despedirme de alguien y otra vez estoy paralizada por el miedo...pero no quiero quedarme con los abrazos y con las palabras... en realidad esta vez me conformaría con una última mirada...
Esta vez escribo para mi, para pedirme a mí misma fuerzas, valor, serenidad; para darme a mí misma la oportunidad de crecer y de amar, para ganarle al tiempo y pasar por encima de las despedidas no dichas...
En efecto...las despedidas son tristes, pero lo son más aquellas que nunca se realizan.

Taldira

Los milagros de la navidad


No lo puedo creer!

En verdad que he quedado anonadada, harto sorprendida y …no se que más.

Estoy acostumbrada a que mis conocidas, algunas amigas y en general el género femenino no concuerde con mi manera de pensar con respecto a las relaciones de pareja.

Son muy pocas las que, igual que yo, consideran sino que el romance es un estado pasajero de demencia o que el enamoramiento se cura como un catarro, por lo menos que todo este rollo es una bonita utopía a la que la mayoría aspira pero casi nadie concreta, por lo menos en el largo plazo.

Pero imagínense mi shok, cuando fue un amigo el que de manera categórica me salió con: “lo que dices no es cierto, donde queda el corazón, que pasó con los sentimientos”, casi casi se abrió la tierra y me tragó enterita.

En fin, esta declaración, me ha puesto a pensar en el por que de mi total seguridad con respecto al fracaso inminente de cualquier relación.

Tengo muy claro que cada quien habla de la feria como le fue en ella y es por eso que mi actitud y manera de pensar denota que me ha ido de la chingada, pero quiero aclarar algo, así me ha ido a mi y no con eso creo que a toooodos les irá igual (esto es solo para no crear pesimismo), estoy convencida de que por más que se “cultive” una relación, como plantita con todo y sol, sombra, agua y nutrientes, en algún momento se la va a cargar el payaso y ya valió, por eso hay de dos: o vivir el momento con singular alegría y felicidad buscando se muy optimistas o de plano pasar al lado oscuro y abrazar el cinismo como filosofía de vida, yo opté por la segunda.

A pesar de todo esto y de que creo muy difícil que algo o alguien me hagan cambiar de opinión, es muy grato encontrar aún alguien que de verdad, sin pose, confía en que todo puede ser maravilloso, cree que la vida en pareja es algo muy lindo y que los sentimientos y el corazón son importantes.

Esta es una de las paradojas de mi existencia, como con todo mi grado de cinismo, me puede “conmover” dicha declaración, no lo sé, tal vez sea parte de uno de los milagros navideños.

Lo único que esta situación me confirma es que no estoy tan equivocada al escoger a mis amigos, que todos y cada uno son maravillosos, ricos y cuentan con una infinita capacidad para sorprenderme, que me enriquecen y alegran, que me enojan y provocan que busque reconciliarme con ellos, que son insustituibles, únicos y muy preciados.

Diablos!!!!!, si encontrara a alguien que fuera como todos mis amigos, seguro regresaría al buen camino, pugnaría por la monogamia y aseguraría que el amor y las relaciones amorosas no están destinadas al fracaso.


SAV

ENTRE EL PRÍNCIPE AZUL, EL SAPO Y EL GATO CON BOTAS.

diciembre 08, 2008

Parte 1/3
Pensar que los hombres, no la humanidad, sino el género masculino, encuentra sujeto su devenir personificando los personajes de un cuento, para acabarla de joder de: ¡hadas!; y aún cuando esto hiciera parecer nuestra existencia, como hombres, una cosa de cuento, la verdad es que no lo es, pues nos las pasamos mudando de máscara y brincando de aquí para allá hasta que a veces ya ni recordamos quines somos, que somos o como somos.

Aunque pudiese parecer cómico, en realidad convierte nuestra existencia en una especie de parodia de tanto en tanto: ridícula, en ocasiones dramática y en el peor de los casos obscena, ¡ja, ja, ja!, y pese a ello y a mi condición de varón no tengo más remedio que reír, a fin de cuentas nos gusta participar en la historia o cuento de nuestras parejas interpretando dichos papeles, conciente o inconcientemente (para ser justo, en el cuento que construimos con nuestras parejas).

Posiblemente no creas absolutamente un bledo de lo que he dicho; pero para muestra un botón: hace ya mucho tiempo platicando con mi hermano, me comentaba la hipótesis del “trueque”, a la que desde éste momento nombraré “el trueque macabro”, puesto que sus consecuencias son macabras. Según uno de los amigos de farra de mi hermano las relaciones de pareja están construidas sobre un trueque, un trueque que los participantes han aceptado, pero que no conocen, más sin embargo esta dictado por la naturaleza de los géneros. Bien, bien, no la haré más de emoción, el “trueque” consiste en lo siguiente: “mientras el hombre da romance, la mujer a cambio entrega sexo” y viceversa.

Naturalezas distintas, distintos intereses, ¡vaya!, no quiero decir que a las mujeres no les guste el sexo, ni que los hombres seamos como piedras, si no que mientras que para las mujeres (no todas, pero sí la mayoría) la necesidad sexual nace de una necesidad afectiva, para los hombres nace de una necesidad visual, en pocas palabras, nos comportamos como mujeres a la hora de comprar un vestido, me gusta… ¡lo compro!

Es decir, hay que jugar al PRÍNCIPE AZUL si es que queremos el premio mayor, mientras la princesa no escala al nivel de REINA, nosotros los hombres somos un dechado de virtudes (comprensivos, cariñosos, y prodigamos a nuestras parejas toda clase de atenciones, flores, llamadas que se extienden por horas y horas, tarjetas, dulces y chocolates (últimamente en declive por cuestiones dietéticas), salidas a comer o cenar o al cine, todas ellas encaminadas a solventar la necesidad romántica de nuestras parejas o en términos biológicos, al ritual de cortejarlas (pese que en este caso la analogía no aplica del todo, puesto que las mujeres no solo evalúan el potencial reproductivo o de protección; además tenemos que llenar su necesidad romántica o su deseo de protagonismo: requieren sentirse no solo únicas, sino la ÚNICA).

Posiblemente a muchos de ustedes les parezca esto ofensivo, sin embargo pese a todo es necesario reconocer que es la verdad; esta dictado por nuestra naturaleza, sí, es algo que traemos programado y de los cuales pocos de nosotros podemos sustraernos, aún y cuando seamos concientes del “trueque”, el cuál bien visto, parece el mayor de los engaños, y si lo asumimos concientemente (los hombres) es bochornoso e incluso hasta denigrante, quien querría engañar a otra persona con la cuál además existe un vínculo afectivo (positivo, AMOR) con el único fin de satisfacer su necesidades, además bastante pueril, la necesidad biológica de tener SEXO; así que bien visto a veces es mejor pretender que no es cierto o que cuando menos desconocemos su existencia.

Y es que como hombre (aún y cuando bastante racional y poco machista), me es casi imposible mantener un nivel de atenciones y cuidados para con mi pareja en la misma intensidad y nivel que cuando recién nos conocimos e iniciamos nuestra relación; en gran medida porque no esta en la naturaleza de los hombres volcarnos en nuestro lado afectivo y en cambio nos sentamos a nuestras anchas en nuestro lado racional en donde todo se sopesa en función de la utilidad o practicidad, y el romanceo termina por convertirse en una actividad desgastante, falta de encanto (ya tenemos el premio), y bastante demandante puesto que requiere de gran creatividad, no es fácil sorprender a nuestras parejas sino hay trucos nuevos, o si estos se repiten con demasiada frecuencia. Además hay que agregar, que la expectativa de nuestras parejas siempre resultan ser mayores que nuestros esfuerzos, llenar la necesidad romántica de nuestras parejas, es como intentar llenar un pozo sin fondo, al que además habría que considerar seriamente no alentar, puesto que convierte su necesidad de ser ÚNICA en verdadero hoyo negro, ¡ja, ja, ja¡.

Así que de la noche a la mañana y bajo el influjo de un beso (literalmente) el ordinario y de ordinario: SAPO, decide convertirse en el PRÍNCIPE AZUL, ¡ah!, el SAPO el ordinario SAPO, ese es el siguiente personaje que conviene visitar, ahí donde habita de común… sí en su charca…


DEMOS T. NESS
“El miedo anidó en mí y entre sus alas viví…”

Fragmentos

Toda persona debe tener un lote especial en el cementerio donde enterrar las faltas de los hijos!Existen abismos enormes entre la generaciòn de mis padres y la mìa, y desde la mìa a la de mis hijos, yà por no mencionar los que les esperan a mis nietos! El otro dìa una persona de mi familia, se quejaba de que era muy difìcil entender las preocupaciones de otra persona,porque al menos ella, estaba absorta en las propias. Para mì fuè pràcticamente una bofetada, al menos una pedradotaporque mi tema de conversaciòn puede iniciar con el color de pintura que elegì para las paredes de mi casa y cuando vengo a ver, estoy enmedio de una acalorada discusiòn por una de tantas conductas polèmicas de alguno de mis hijosDe hecho, uno de ellos me echò a la cara que èl no podìa meterse a mi mente para saber lo que yo estaba sintièndo,entonces, ¿por què yo sì me doy la oportunidad de pensar còmo se siente èl? ¿Es acaso otra de esas verdades a medias con las que me criè? Siempre he creìdo en la intuiciòn femenina y que se acrecenta en cuanto se trata de los hijos. Yo sì era capaz de tener un presentimiento a la distancia cuando alguno de ellos se golpeba, ò se iba a enfermar, y cuando volvìan a casa y les preguntaba què pasò, ellos, con los ojos desorbitados querìan que les explicara còmo lo supe...no lo sabìa, lo intuìa!Cuando era chica no existìa el concepto de autoestima. Posiblemente, los que eran padres en ese entonces sabìan que su deber era hacer de sus hijos personas de bien, el modo de lograrlo justificaba cualquier sistema correccional por arcaico, cruel ò desmesurado que ahora parezca, y sin embargo el respeto hacia nuestros mayores, no sòlo familiares, sino tambièn maestros, era infranqueable, y el lema era simple: "Porque lo digo yo!"Què lejos quedaron esos tiempos! Los jòvenes de hoy estàn envueltos en conductas altamente groseras y no muestran respeto por nada ni por nadie en su gran mayorìa! Y los que acaso aùn conservan el barniz de los valores que suelen ser importantes para las generaciones pasadas, deben reprimirse para ser aceptados dentro de su cìrculo de amistades ò conocidos. Tal vez por eso han perdido la capacidad de asombro, la ilusiòn y la tolerancia a la frustraciòn...Dicen que fuè nuestra culpa...Dicen que los sistemas familiares rígidos propician la baja autoestima. Padres y madres sobreexigentes, que quizás no les digan palabras duras a sus hijos, pero que los hagan sufrir el fracaso. Por otra parte, habìan también quienes con indiferencia condenaban a sus hijos al conformismo, los acostumbraban a la falta de logros. Ahora que son adultos, se preguntan por qué ellos nunca lograron conseguir sus metasSè que hay en mì una tendencia a quejarme, olvidándome de todas las bendiciones y bondades recibidas, pero no logro desprenderme de las acciones tomadas por mis hijos adultos, con la sensaciòn de que no supe guiarlos.Si un padre amoroso jamás lleva a sus hijos por caminos que no tienen propósito, de què sirve quejarme y murmurar!Tal vez, sea la forma que encuentro para recolectar los pedazos en los que queda roto mi corazòn cada vez que los veo tomar desiciones que nada tienen que ver con mis principios, valores ò expectativas, unir trocitos una y otra vez,con la perseverancia que debe incubarse dentro nuestro al gestar a los hijos.Creo que el amor hace que las piezas rotas tengan su propia belleza, como las obras de arte guardadas celosamente en los museos y que al paso de los años han ido rompièndose, gastàndose, incluso perdido parte de ellas y no por esopierden su valor, creo que lo acrecentan!Es extremadamente raro encontrar objetos antigüos que no estén rotos. En realidad, algunas de las piezas más preciadas del mundo son sólo fragmentos que permanecen como un sagrado recuerdo de un glorioso pasado...Asì debe ser el corazòn de quienes tienemos hijos...A màs roto, màs valioso porque ha vivido experiencias que lo enriquecen, y dejan su huella en ellos! Rompièndose para embellecerse! Es posible mejorar a causa del quebranto...Es posible que sus cicatrices sean estrellas...Basta voltear al cielo de noche para ver el legado de cuàntos seres han querido a sus hijos!
Penélope

Las chicas: Bienvenidos a Disney

noviembre 30, 2008

Con aquello de la crisis y la austeridad, me he tenido que obligar a buscar formas distintas de pasar un buen rato. De un tiempo a la fecha he descubierto el lugar más entretenido, intenso, misterioso, y lo mejor de todo, barato que existe: mi mente. Es en este lugar donde puedo hacer fantásticos viajes en el tiempo. Puedo ir al pasado y revivir el primer beso que con conciencia recibí. Puedo recordar la última tarde en que ví vivo a mi padre, y el amor tan profundo que se asomaba en sus ojos. Puedo ir a las noches decembrinas en las que poníamos el árbol de navidad, y al terminar (siguiendo una tradición que seguro empezó y murió con mi familia), apagábamos las luces y nos sentábamos los 4 (porque el quinto era tan pequeño que dormía) y abrazados contemplábamos nuestra obra maestra. Puedo ir a la primera vez que hice el amor y a la frase que brincó en mi cabeza en ese momento: “¿Por esto hace tanto escándalo mi mamá?”. Puedo ir a la primera vez que terminé con el corazón roto. Al día en que mi padre se paró en mi salón de primaria a anunciarme que mi hermano “el enano”, había hecho su aparición en el mundo. Puedo ir a aquel viaje al cervantino que me consiguió un hippie bastante guapo, un novio que se llamaba la bruja (profético eh?), y a la mejor amiga que he tenido en toda mi vida (claro que la gurú). Puedo recordar la primera vez que me fui de casa (porque claro que yo tenía la razón en todo y quince años que me permitían creerme tan absurda idea). La segunda vez que me fui de casa (porque algún despistado había puesto una tuerca en mi dedo y nos creíamos lo de felices para siempre), y el miedo tan terrible que suponía el ir a vivir con un extraño y sin mi mamá. También voy a los números impresos en un papel que decían que siempre sí iba a ser mamá (y el miedo que esos números producen le gana por mucho al peor examen de cálculo de tu vida). Al momento en que dejé de ser idealista. Al novio que me dijo que lo que yo quería no existía y los pleitos tan geniales que teníamos. Al sueño derrumbado del fin de una era (la era de escorpio y aries). Al primer baile con Mr. Bolas y la consiguiente locura que esto generó. Al abrazo de mamá cuando las cosas eran tan terribles que sólo quería ser niña y escucharla decir que todo estaba bien (y debo decir que mamá es perfecta para hacerlo, por lo menos la mía). Y más cercanamente, a las mañanas en que despierto con Torbellina y Torbellino encima haciendo arrumacos porque ellos todavía creen que soy la mejor persona del mundo. A cada encuentro con el aquelarre. A la admiración que una que otra vez encuentro en las caras de quienes me conocen. A las mariposas en el estómago que me produjo ver “Star Wars la siguiente trilogía” y el apretón de mano de la única persona en el mundo que podía entender las mariposas.
A las tardes de llanto, a las noches de baile, a las risas y a los sueños, a los grandes pleitos y las aún mejores reconciliaciones. Definitivamente mi mente es un disney privado, con acceso limitado, con “rides” que me hacen gritar del susto, llorar de risa, y suspirar con las endless historias de amor.

Y si esto sólo está compuesto de 33 años, sólo puedo imaginar el tamaño que tendrá cuando llegue a los 80.

Bienvenidos a este tour virtual. Los que trabajamos en “Disney-Sianna” estamos felices de tenerlos por aquí de tarde en tarde. Regresen pronto.

Sianna

Desde el caldero: El engaño

En los últimos años mi caldero y escoba me han aventurado en un camino de innumerables posibilidades hacia la búsqueda de respuestas. Mis preguntas son muchas y variadas, desde ¿Qué voy a hacer mañana?, hasta ¿Quién soy y de dónde vengo? Creo que todos los que conozco tienen esa comezón, algo falta o algo pasa. Antes de dormir o cuando nos estamos zacateando en la regadera nos detenemos un segundo como si algo se nos estuviera olvidando.
En mi recorrido he ido con terapeutas, brujos, gurús y amigas tan locas como yo, y todos tienen una receta para la pócima mágica que nos va a hacer ser ricos, ascender, trascender, borrar karmas, encontrar al ser amado o ser feliz. Y no estoy en contra de revolver 3 ramas de zapote, un ojo de lagartija y un rizo de cabello para conseguir al Brad Pitt de la colonia, o de pegar un billete de 200 arriba de la cama para conseguir dinero. Pero me llama un poco la atención la facilidad que tenemos en confiar más en los globos oculares de un reptil o un papel con Sor Juana impreso de un lado, que en nuestro propio poder. Entiendo que el santo de la estampita se vea más milagroso que yo que tengo un barro en la nariz porque ayer me atasqué de Chetos, pero en las mañanas antes de quitar la escoba del cargador me veo al espejo y decido que me veo guapísima y de alguna forma así me veo el resto del día. El secreto no es que me embellezco con el pensamiento (aunque siendo bruja lo puedo hacer, modestia aparte), sino que me acuerdo de que soy bella y única.
El engaño de que este poder está afuera en vez de en mí, lo empecé a sospechar cuando llegó el Brad Pitt de la colonia y resultó tener 12 años, así que tiré a la basura el zapote, los ojos y los pelos y mi alma se encontró con una mezcla entre George Clooney y el gladiador pero en mexicano, que ni haciendo la lista más completa hubiera terminado de describir. Ahí me dí cuenta que mi esencia sabe lo que merece, y en mi mente a veces ni puedo confiar porque luego tiende a pensar pura barbaridad.
Así que hoy estoy barriendo con mi escoba el engaño que traigo como chip, el que me dice que no soy suficiente y que no basto, que el doctor me cura y yo no participo, de que tengo que leer 80 libros o hacer 80 oraciones, 80 meditaciones y 80 abdominales para estar bien. Y me voy a sentar a recordar que soy divina, porque estoy hecha a Su imagen y semejanza, que en mí está El Camino, yo soy El Secreto, soy Angel, y soy Energía. Yo tengo las preguntas y también las respuestas y los recursos. Así que de ahora en adelante al único Universo al que le voy a pedir deseos es a mi propio conjunto de células, órganos, protones y electrones.
Y mi comadre si quiere puede seguir pegando a Sor Juana en su pared como dice su película, si le funciona está perfecto, aunque aquí entre nosotros debería despegarla y comprarse una nueva película que sea original, porque dudo mucho que un disco pirata la conecte realmente con la riqueza del universo.
Esta es mi receta personal, seguramente cada quien tiene su poción y su camino, y en una de esas igual y nos cruzamos… a la vuelta del caldero. Ñaca Ñaca.
Merlina.

Objeto Sexual….Yo?

noviembre 27, 2008

Cuantas veces nos hemos indignado al ver a una muy bien moldeada congénere en la pantalla, plana, plasma, curva o como sea, del televisor.
No solo por verla, sino por que sus bien torneadas piernas, excelente cabuz y muy bien acomodado busto son lo único que muestran, en actitudes, poses y con frases más allá de la estupidez absoluta y no por que ellas solitas quieran reafirmar su escasez de materia gris, no, sino por que productores, directores y guionistas (así sea del comercial más cucho) les dicen que así deben salir y comportarse.
Cuantas veces hemos dicho: “solo nos ven como objetos sexuales” e indignadas arremetemos con quien rechace esta afirmación y tras desenvainar la espada ponemos en boca propia una sarta de tarugadas aprendidas gracias a la maravillosa “liberación femenina”.
Debo confesar que a mí en lo particular me sucedió en innumerables ocasiones, pero para mi suerte (aja) he modificado, no, no es la palabra correcta, he entendido las cosas o por lo menos las veo desde otra perspectiva.
No hemos caído en la cuenta de que tanto hombres como mujeres somos entes sexuales y hasta donde mi experiencia (no mucha eh?) me permite, solo he podido notar que somos las féminas las únicas que nos indignamos cuando el primer deseo del género opuesto es el de llevarnos a la cama.
Pero por que?
Tengo una teoría, tal vez medio descabellada, pero creo que funciona.
Hemos pasado tanto tiempo sin que se otorgue el verdadero valor que tenemos, que no es ni más ni menos que el de los hombres, es igual; que necesitamos refirmar lo que muchas mujeres hace ya varios años han conseguido: cierto nivel de reconocimiento.
Pero ese reconocimiento no debe ser para con los demás sino para con nosotras mismas.
Creo inconcebible que no podamos pensar en un EL como solo alguien que satisfaga nuestros deseos carnales, por que también los tenemos y eso no nos convierte en “damas de la noche, chicas fáciles, puchachas” ni mucho menos.
Creo absurdo y hasta ilógico que dos géneros de una misma especie vean de manera tan diferente las relaciones o la manera de interactuar.
Esto no es más que la carga social, histórica y blablablablabla bla bla a la que nos enfrentamos y enfrentaremos a no ser que nos caiga el veinte y modifiquemos en primer lugar nuestra actitud y en segundo la manera de criar a nuestros hijos.
Esperen, esperen, no con esto quiero decir que hay que pugnar por el: “todos contra todos”, no, pero si por quitarnos el lastre de la culpa y el señalar cuando vivimos de una manera “diferente” al resto.
Hace algunos meses, en una plática con amigos, cayó como bomba un comentario y fue algo así como echarle carne a los lobos, jajajaja (que dramática), dije en voz alta que los hombres eran también objetos (entes) sexuales y que de manera particular así los veía.
Obvio, las esposas presentes casi me matan y a sus mariditos también, los solteros pensaron que andaba medio urgida y que les hacia una invitación a ver quien me hacía “el favorcito” y las solteras que escucharon se fueron para atrás pensando no invitarme más para no manchar su inmaculada reputación.
Del grupo de 15 personas que platicábamos en ese momento, solo encontré la aprobación de dos, que está por demás decir son dos de mis mejores amigos y tienen un lifestile, muy similar al mío.
Creo que ya me desvié un poquito pero aquí voy de regreso: considero que el único problema por el que las mujeres nos indignamos cuando nos creemos objetos sexuales es por que nuestro ego está por los suelos, por que no somos capaces de aceptar que también podemos desear un buen trasero masculino, una espalda ancha y tórax marcado y solo eso, sin querer llevarnos el paquete completo, que dicho de paso puede estar igual de vacío que una caja de zapatos vieja.
No hemos caído en la cuenta que de vez en cuando, o tal vez la mayoría de las veces solo deseamos satisfacción física, por que a final de cuentas para llenar el intelecto tenemos a un selecto y bien equilibrado grupo de amigos, tenemos preferencias artísticas, lugares que satisfacen nuestra necesidad de belleza y calidez y todo lo demás que nos hace plenas y seguras mujeres sigloveintiuneras.
Pero cuando se trata de la satisfacción carnal, estamos acostumbradas o bien aleccionadas, diría mi abuela, a buscarla con quien debe ser nuestra pareja oficial en turno, el príncipe de nuestros idílicos sueños infantiles, el caballero que es ante todo eso, un caballero y que no solo nos busca para “satisfacer sus bajos instintos”, por que para él no somos solo “OBJETOS SEXUALES”.
La realidad mis estimadas es otra, todos somos objetos sexuales, a todos nos entra la querencia por los ojitos.
Si vamos a una dulcería primero miramos las golosinas más atractivas, sin conocerlas las probamos, si nos gusta repetimos, cuando empalagan las dejamos, pero nunca probamos sin que nos haya, por lo menos, llamado la atención.
Y como a mí me gusta la variedad, seguiré comprando surtido rico, para que conformarme solo con un sabor, habiendo tantos otros en el mundo.

SAV

Las chicas: El Aquelarre

noviembre 24, 2008

El poder del aquelarre femenino es bien conocido desde tiempos ancestrales. Las mujeres nos hemos reunido para todo tipo de cosas. Para pasar consejos de curación. A resolver situaciones familiares. A danzar a la luz de la luna (y hoy en día a la luz de los antros). Para hacer brujería, vengarnos de alguien que nos dañó, o ayudar a parir a alguna desventurada (claro que hace miles de años porque hoy en día lo más que hacemos es hacer la llamada de cortesía al hospital en donde la susodicha parió). Nos reunimos en las despedidas de soltera, en los baby showers, en los cafés, en los baños de cualquier restaurante, etc, etc. El punto es que nos reunimos con el aquelarre cada vez que necesitamos fuerza, valor, consuelo, zapes, chismes, o simplemente por la risa que genera la compañía.

Mi aquelarre está compuesto de la gama más amplia de seres que existen. Está mi gurú emocional con la que me reúno por teléfono, por chat, por mail, por favor y porque sí. Esta particular bruja vive a cientos de kilómetros de mi hermosa ciudad, pero está más cerca de mí que nadie a quien pueda llamar vecina. Están mi tía que no es tía y mi madre (que hasta donde sé sí es mi madre). Empezamos por los cafés y terminamos en las cubas. Nos sentamos en la barra de la cocina y analizamos el mundo entero. Hablamos de nosotras y los particulares de nuestras vidas, hablamos de sexo, de besos, de rapidines, de posiciones, de diferencias entre mentalidades femeninas y masculinas. Y reímos hasta llorar, y lloramos hasta reír.

Esta mi bruja “1940”, ella es la bruja leal. La que siempre aparece cuando más la necesitas. La que se quita todo porque tú podrías necesitarlo. La que llama a medias mañana sólo para saber si mi crisis semanal se ha acabado. La que me hace reír y luego me hace pensar.

Está la bruja “ñaca ñaca su caldero” que me enseña de la vida, la energía, el sexo y el tantra, que me cuenta su vida y le echa un ojo a la mía. Y que toma el curso de “How to be a witch for dummys” y se gradúa trayendo en sus manos el diploma y la varita.

Y hay más. Con la que me topo en el baño del café y tiene los pantalones a media nalga y me dice que le da miedo estar sola en ese baño (así que aún siendo desconocidas la acompaño en la abrochada del pantalón). La que me atiende en el OXXO cada mañana y prepara el brebaje que me sostiene todo el día. Las que viven lejos y las que no tanto. Las que caminan y las que vuelan. Las beatas y las putas. Las que experimentan esta condición femenina. Con las que nos comparamos y a veces perdemos. Con las que competimos por quién tiene al más trabajador, o al más guapo, a al más malo, o al que mejor da piruetas en la cama. A las que criticamos. A las que son madres y a las que son hermanas. Y en cada encuentro sabemos que sí compartimos un secreto, que sí somos cortadas por la misma tijera, que sí vemos “Sex and the city” y nos reímos porque Oh Dios!!! ¿Así o más ventaneadas en la serie? Que reímos cuando queremos llorar y que unos días al mes podemos inventar la historia más descabellada (como que en realidad sólo me quieres por mi cuerpo y shala lá) sólo para justificar el estado de ánimo en el que nos encontramos. Que tenemos miedos: al compromiso, a no estar comprometidas, a los hijos porque no podemos tenerlos o porque los tenemos y que tal que no vamos a poder, a que al deshojar una margarita el último pétalos sea el de no me quiere. A que el hombre que amamos con tanta fuerza no nos ame igual. A que el trabajo sea lo que queremos pero no nos de lo suficiente para vivir, o a que estemos vendiendo nuestros sueños haciendo algo que no nos hace vibrar. A no estar a la altura para lo que sea que tenemos que ser altas. Y más que nada, a equivocarnos tan garrafalmente que no haya vuelta atrás.

Compartimos un género, compartimos un secreto, compartimos un lugar en el espacio y aún así no somos capaces de bajar la guardia y sonreírle con calidez a la mujer que tenemos enfrente, porque, seamos honestas, a veces ni a la del espejo podemos aceptar. Así que ¿que tal si por un momento, si quieren en un descuido, nos encontramos en la calle y sin que nadie más lo vea, reconocemos a la mujer que es y que soy y nos damos paz?

Sianna

Las Chicas: Caminando y pepenando

noviembre 18, 2008

En el andar cotidiano de la vida vamos pepenando. Pepenamos ideas, religiones, modos de vida, enfermedades (o eso dicen), filosofías y gente. Y cada cosa que obtenemos nos genera una revolución interna para dar lugar a que se acomode este elemento que estamos recibiendo y una vez pasado el primer shock (que puede durar horas, años o vidas), continuamos nuestro camino. Hay ideas que generan malestar, otras generan una sensación de paz. Hay modos de vida que se asemejan al nuestro y nos encanta y hay otros que son tan distintos que generan enojo, ansiedad y a veces miedo. Hay enfermedades (o eso me han contado) que por el simple hecho de respirar el mismo aire que el portador del bicho, se pegan a ti y hasta fiebre te da. Pero de todo este pepenar la gente es lo que disfruto más. En el caso particular de las personas, nada sucede por casualidad. Es como si estuviéramos vibrando en cierta frecuencia y sólo topáramos con quién vibra igual que tú. Es un eco que encuentra una cueva en la cual retumbar. Mi nueva adquisición al aquelarre es francamente genial. Esta hechicera en cuestión poco a poco ha ido volviéndose la médico brujo de la tribu de los que tengo de este lado. Ahora, cuando la encontré, pensé que sería muy bueno que nos “arreglara”. Necesitaba a un conejillo de indias así que llevé a Torbellino e hizo maravillas con ella. Pero claro, como soy ajonjolí de todos los moles, empezamos cotorreando y terminamos cafeteando. Descubrir la maravilla de la que está hecha ha sido un viaje. No sólo es una mujer brillante en su profesión, sino que además tenemos mil ideas en común. Tocamos historias dolorosas, compartimos soluciones mundiales, y leemos los mismos libros. Pero lo que más me ha llamado la atención de todo este encuentro es la cantidad de respuestas que obtengo a las miles y miles de preguntas que se agolpan en mi cabeza en estos días. Hoy fui a verla y encontré que todo este asunto de ser yo, tiene una explicación (que no diría lógica porque es probable que a muchos no se los parezca, pero sí acertada). Creo que por primera vez en muchos años mis rarezas, mi peculiar forma de ver la vida, el amor, el sexo y a los hombres, no me hicieron sentir bicho raro. De hecho, hasta puedo decir que me encantó ser quien soy. Siempre he dicho que es a través de los ojos de los otros que nos podemos descubrir, pero también he dicho que cuando los ojos del que ve están salpicados de amor, la vista no es del todo objetiva. Pero en mi bruja nueva, todavía no veo las salpicadas, todavía es una relación que inicia, y aún así me ve. Me ve como muy poca gente lo hace. Me ve como si estuviéramos en la película de matrix y lo que percibe de mí es un código energético profundo. Me ve y en su mirar no encuentro sorpresa, ni controversia (que es lo que suelo generar cuando la gente me conoce), tampoco aversión, ni siquiera la diversión morbosa que hay en otros cuando están cerca. Y además me ofrece respuestas.
Es un hecho, somos pepenadores, a veces sacamos basura, otras, algunas latas que poder reciclar, y en muy raras ocasiones, encontramos un caldero, y si tenemos mucha suerte, la dueña puede estar a la vuelta de unas gotas de homeopatía.

Sianna

Las chicas: Las buenas al cielo y las malas… a todos lados

noviembre 10, 2008

Ayer tomaba café con mi amiga 1940 (se llama así porque tranquilamente pudo haber nacido en ese año) Ella está llena de normas y reglas que durante mucho tiempo siguió sin cuestionar la validez de las mismas. Se casó con el primer novio importante que tuvo. Después vinieron los hijos (hijas de hecho), estudió psicología y es maestra en alguna escuela que por ahí se conoce. Ella y yo tenemos una relación bastante profunda y cercana. Es una parte importante de mi famoso aquelarre, y es fuente constante de historias chuscas que compartimos los fines de semana en el café (ok, ok también entre semana tomamos café en el fumadero). Es leal y honesta y siempre está lista para ayudarte con lo que sea necesario. Vivimos una amistad, que a diferencia de las otras amigas, está basada en lo opuesto que somos la una de la otra y funciona en el espejo y en el complemento. Si vamos en el coche, ella quiere el cinturón de seguridad a como de lugar y además espera que yo también lo use. Cuando me rehúso, pone cara de asombro, ojos de plato y con su dulcísima voz me dice: ¿Por qué siempre tienes que romper las reglas? Me sorprende como el no ponerme el cinturón (cuando además voy en el asiento del pasajero) le puede parecer a ella un acto de rebeldía, cuando para mí es sólo un asunto de comodidad (o incomodidad que es lo que el cinturón me produce). El punto es que somos la noche y el día en la manera en que vemos al mundo. Para mí 1940 es extraña. No sólo sigue las formas a costa de sí misma, sino también cree que tiene a la ley comprada y metida bajo su bolsa. Hace unos días regresábamos en su coche de ir a resolver al mundo (ta bien a la escuela ante la sep), y de pronto un tipo que creo que iba bastante drogado se avalanzó al coche y lo golpeamos. 1940 se frenó asustadísima. Yo sabía que tenía que bajar para auxiliar al loco que nos había golpeado, pero cuando pensé que podía encontrármelo con las tripas de fuera, decidí que después de todo yo no era tan valiente y volví a cerrar la puerta. Al mismo tiempo mi amiga empezó a decirme que bajara yo porque ella no podía hacerlo y como yo pensaba que era un asunto de hombría (y la neta las dos éramos bien nenas en ese momento) yo movía la cabeza para explicarle que yo tampoco. Claro que después me aclaró que ella en serio no podía bajarse porque el golpe que le había dado al tipo había sumido su puerta y ésta no se abría. Estábamos en plena discusión cuando el atropellado se paró al lado de mi ventana. Yo le pregunté como estaba y si le dolía algo (un poco estúpida la pregunta considerando que acabábamos de pegarle con el súper coche de 1940). Él solo decía que tenía “apurancia” y que se iba. Y realmente se fue. 1940 y yo lo veíamos irse, y creo que una parte de nosotras esperaba ver en que metro se caía muerto. Y de pronto, sucedió lo que menos esperaba. Mi amiga empezó a regañarme y a gritarle al tipo que se regresara, que teníamos que esperar a tránsito para que obligara al hombresucho a pagarle el golpe. Mi incredulidad era evidente para ella. Cuando salí del shock que su declaración generaba, le dije que estaba loca, que si transito venía nos íbamos a la cárcel, a lo que ella, por supuesto, no me creyó. Así que sacó el celular y le marcó al santo marido que tiene. Tomó varios minutos que el San entendiera la situación (probablemente porque mi amiga tenía la particularidad de decirle que un tipo le había pegado a su coche y el marido creía que hablaba de un choque) y fue hasta que ella empezó a gritar que claro que no con otro coche sino con su cuerpo, que el San lo entendió, y entonces sí que lo escuché. Él le ordenó que se metiera al estacionamiento de wall mart (porque todo sucedió enfrente de esa tienda) y que de ahí no se moviera. Así que entramos y nos quedamos esperando a que llegaran a rescatarnos. Y durante todo ese tiempo, 1940 no salí de su asombro. Ya estaba, la ley le había fallado y no la había protegido de la terrible injusticia que se había cometido contra su bello coche (además de que después empezó a sufrir por que su mamá la iba a regañar). Sus lentes color de rosa habían sido estrellados contra los toques de realidad, y eso rompe el corazón de quien sea.
Al final, el coche se arregló por módicos $250, el fulano no se murió en nuestra presencia, y no tuvimos que ser la bitch de alguna matrona en la cárcel. 1940 concluyó que seguir las reglas no siempre le traía beneficios, que la rebelde de yours truly, las rompía cada dos por tres y nadie, y digo otra vez, NADIE, le saltaba frente al coche, y que ella tenía que aprender a ser una niña desobediente, porque al final, las niñas buenas lloran toda la novela y sólo en el último capítulo son felices, y las niñas malas se divierten los 200 capítulos anteriores y sólo al final les va mal. Así que por pura matemática, las chicas buenas van al cielo (y se aburren) y las chicas malas vamos a todos lados.

Sianna

¿Miedo al Compromiso?..Nnnnaaaaaaaaa

noviembre 03, 2008

Hace unos días recibí, vía correo electrónico, una de esas cadenas que de repente saturan los buzones, sin embargo y para mi sorpresa contenía una serie de líneas sumamente rescatables.
Fue principalmente su contenido lo que me impulsó a escribir, debo decir que no soy partidaria de este tipo de géneros, sobre todo cuando soy yo la que los ejecuta.

La cadena lleva por titulo: “LA SOLTERIA, y DEMÁS ESTADOS CIVILES ASÍ COMO LOS ESTADOS EMOCIONALES”, un titulo un poco largo y por demás ambiguo, pero que no refleja lo que sigue.

Para no extender demasiado estas líneas, en pocas palabras, el texto diserta con respecto a la falta de decisión de las nuevas generaciones con respecto al compromiso, el exceso de vanidad, orgullo y sobre todo miedo por entablar una relación de pareja en la que se tenga que desdibujar, aunque sea un poco, la propia esencia de uno mismo.

…“Quizás el problema radica en que nadie desea comprometerse a entablar la lucha por lograrlo. Demasiado egoísmo diría yo. Cada día son más las mujeres y hombres, profesionistas, independientes, inteligentes y de éxito, que ven pasar los años sin encontrar pareja. Personas, de todas las clases sociales se encuentran frente al mismo problema”…OK

A riesgo de sonar demasiado reaccionaria o pesimista o… no sé, yo solo pregunto ¿y cuál es el problema?

No tener todos los días con quien despertar, no tener a cada momento en quien pensar idílicamente, no tener con quien compartir la responsabilidad de criar hijos (en caso de tenerlos), no tener a quien echarle la culpa de que el baño está sucio, muchos no, diría yo.

Yo creo que el verdadero problema estriba en que no hemos planeado a conciencia nada con respecto a nuestra situación sentimental.

A diferencia del resto de las situaciones de vida (a excepción de mi caso, nunca planeo nada, ja) todo está perfecta o casi perfectamente planeado: estudiar, trabajar, comprar casa, comprar auto, viajar, seguir estudiando, salir de fiesta, etc.

Pero en realidad yo conozco a muy poca gente que en verdad haya dicho: “lo que yo quiero es casarme, tener 3 hijos, que mi marido sea una mezcla de Brad Pit con Bill Gates (versión región cuatro, por supuesto)” y cosas por el estilo.

Creo que la falta de definición de lo que queremos y buscamos en el plano amoroso, es lo que a mucha gente hace extremadamente infeliz, incluso teniendo pareja.

Si a la hora de buscar empleo nos ponemos nuestros moños: “por que estamos sumamente capacitados y no aguantamos que ningún güey con menos preparación que nosotros nos mande”, ¿por qué no hacemos lo mismo al buscar pareja?

Y más allá, por qué si lo que hemos hecho toda la vida es huir del compromiso, ahora nos quejamos: “por que nadie nos quiere como quisiéramos ser queridos”.

Esto aplica a la mayoría de los casos.

Aunque ya parezca Yo-Yo, creo que en vez de considerar que el miedo al compromiso está ganando la batalla, hay que considerar que tal vez estamos despertando y comenzamos a tomar las riendas de nuestras decisiones sentimentales.

Creo firmemente que no soy extraterrestre, ni tampoco la única persona que no está dispuesta a dejar de ser yo para aguantar a alguien más.
Entiendo perfectamente que no puedo exigir si no estoy dispuesta a dar, es decir, si no es mi plan modificar acciones o actitudes, manías, fobias y filias para agradar a alguien más, no debo entonces pedir que el otro haga exactamente lo que no haré.
Estoy completamente segura de que soy feliz, no tengo a nadie y tengo a todos, pero lo más importante es que YO LO DECIDÍ y no me siento infeliz por ello.

Creo que somos capaces de lidiar con relaciones “cómodas” fuera del egoísmo de la propiedad y con la aceptación de las partes y todo lo que eso implica, sin querer forzar situaciones.

Yo no creo que tengamos miedo al compromiso, creo más bien que ahora nos queremos más, ya no estamos en la época de que el amor de nuestra vida es otra persona y nuestras acciones y pensamientos son dictados únicamente por esa persona.

El amor de nuestra vida somos nosotros mismos y primero debemos amarnos con furia y pasión desmedida, para poder desprendernos de un poco y repartir el resto entre quienes nos rodean y a quines estemos dispuestos a entregárselo.

Los solteros modernos no somos parte de un “limbo” en donde flotamos esperando algún día encontrar ya no digamos pareja, sino por lo menos nuevos amigos, no somos entes que decidimos ser eso: entes libres, que son aceptados y queridos por otros solteros, por casados, por viudos o divorciados (y me refiero a ambos géneros, esa aclaración de os y as, me resulta en extremo chocante) y en el último de los casos si no es así, no importa, nosotros así lo decidimos.

SAV

Las chicas: La teoría de la banquita

Hace tiempo, existían dos matrimonios muy amigos. Ellas casi hermanas, ellos compañeros de aventuras y parrandas. Como en toda relación, ellos defendían a capa y espada su TIEMPO y su ESPACIO, pero consideremos que les estoy hablando de los 70´s. Total que estos carajos se salían con la suya en muchas de las ocasiones en que se largaban de parranda. Sus esposas tenían reacciones diversas. Algunas veces una de ellas le haría chilaquiles de desayunar por aquello de que su demandante trabajo le dejaba poco espacio para relajarse, la otra armaba sus panchos y a veces se le escondía en casa de alguna amiga para que cuando él llegara de la parranda se infartara por no encontrarla. Esta amistad dio pie a innumerables historias, relaciones, y teorías. Una de ellas es la teoría de la banquita. En una de sus escapadas, el susodicho número dos llegó a su casa a horas nada prudentes y con olores nada deseables, así que no pudiendo inventar excusas de trabajo y al verse acorralado por la furia de su mujer (que seguramente amenazaba con cortarle salva sea la parte), recurrió a la siguiente historia: Ok, ok. La esposa tenía razón. Él venía de un lugar lleno de chicas malas que son muy buenas, peeeero…. La realidad era que él no quería ir. El compañero de parrandas (o esposo número uno) era quien había insistido, y como él era tan buen amigo lo había acompañado, peeero… él no había entrado, se había quedado en una banquita afuera esperando a su amigo. Y con esta historia, libró el pellejo, por lo menos hasta la próxima vez. Cuando escuché esta historia de boca de una de las esposas, me reí muchísimo pensando que el ser humano es capaz de creer una mentira por el profundo deseo de que sea una verdad.
Ahora pasemos a la teoría de la banquita número dos (o el regreso de la banquita con una venganza). Este fin de semana Mr. Bolas y yo estábamos disfrutando de un sábado en casa y haciendo planes para salir a bailar. El teléfono de Bolas empezó a sonar y la llamada era de su chamba. Resulta que entre los clientes de Mr. Bolas existe un muy bien conocido pelódromo y era este cliente en particular el que tenía problemas. Se le había dejado un producto que no había sido liquidado y Bolas tenía que ir a cobrar o a recuperar el producto. Así que muy molesto por la situación se fue hacia tan decoroso lugar. Para las 10:30 pm me llamaba enojadísimo diciendo que todavía no lo resolvía y que estaba del carajo el frío. Yo veía una serie que me encanta así que no me inmutaba en lo más mínimo. Para las 11:30 llegó la segunda llamada. La cosa parecía imposible de resolver ya que el dueño del pelódromo no estaba y el administrador tampoco, así que él seguía parado afuera (seguramente sentado en la banquita grabando con un cuchillo “yo estuve aquí” al lado de otras tantos escritos similares que hay en esas banquitas) muriéndose de frío. Yo me dormí. A las 3:15 am llegó Mr. Bolas y me contó la historia de la banquita parte dos. Él había estado afuera (sentado en la misma banquita en la que aquél marido se sentó hace años) del famosísimo MANHATAN (pensé que ya a estas alturas podía decir el nombre con todas sus letras) esperando a que llegara alguien que pudiera pagarle. Por supuesto nadie llegaba así que llamó a sus piojosos para que recogieran el producto y se lo llevaran. El dueño llegó cuando habían terminado de cargar y el camión ya se había ido. Mr. Bolas sostuvo una acalorada discusión con el dueño y este le pagó la lana que debía, así que había que traer el camión de regreso. El dueño apenadísimo por la situación le invitó una botella a Bolas (y seguramente algún lap dance) pero él dijo que no podía regresar a liquidar el crédito en su chamba con aliento alcohólico, así que declinó la oferta. Cuando los piojosos se enteraron hicieron su pancho porque ellos habían cargado las cajas de producto y no eran recompensados, así que Mr. Bolas con su buen corazón les dijo que después de que dejaran el dinero podían regresar. Al final, los piojosos se entretuvieron demás en la bodega y Bolas los dejó ahí y regresó a casa conmigo. Cuando terminó de contarme toda la historia yo me reía muchísimo, me parecía que por absurdo que sonara tenía credibilidad, así que por supuesto le creí (a su favor tengo que decir que no olía ni a alcohol ni a mala mujer). Pero al pensar en que yo contaría la historia (porque ¡Vamos! eso es lo que hago), tuve que recurrir a la teoría de la banquita para introducir mi bizarra historia de fin de semana, y ok ok, para sentirme acompañada por el fantasma de la esposa que hace tiempo fue la primera en dar por cierta la teoría y que seguramente, gracias a eso, esa noche se sintió feliz. Ahora me pregunto ¿Que hay de malo en mentirte un poco si lo que obtienes a cambio es una de esas noches que valen la pena recordar?

Sianna

Las chicas: Con la capa y el escudo y una muy buena espada

octubre 21, 2008

De un tiempo para acá, he pasado muchos momentos analizando el comportamiento de mis congéneres. He escuchado con atención cada comentario que hacen, y más allá, me he observado muy de cerca en cada pensamiento o emoción que surge en mí. Al final he ido concluyendo que mucho de la problemática que tenemos es la incesante búsqueda del príncipe azul y la fuerte necesidad de amoldar a quien tenemos en frente para que lo sea, todo esto sin mencionar el asunto de planear a futuro cada paso que vamos dando. Hace tiempo hablaba con Mr. Bolas acerca de no- se- que película en donde querían hacernos creer que el príncipe azul era un chamaco veinteañero, y le contaba como la gurú y yo nos habíamos ofendido con semejante propuesta. Claro que esto llevó a ¿Cuántos años debe tener un hombre para ser príncipe? Y yo no supe que contestar. Por supuesto que la primera imagen que vino a mi mente fue la de Big (de Sex and the city). Pero cuando ví a Bolas parado frente a mí, pensé que él era mi príncipe en ese momento. Así que graciosamente le dije que él lo era. Ahora, lo que yo esperaba después de decirle una frase tan romántica era que por lo menos hiciera una caravana, sin embargo lo siguiente que salió de sus labios fue: Yo no soy príncipe de nadie y jamás lo seré. Tengo que aceptar que me molesté, que me sentí un poco dolida, pero lo más fuerte fue que Mr. Bolas había vuelto a pinchar mi nube rosa y yo tenía que bajar de ella y poner los pies en la tierra. Dejé ese incidente pasar.
Pero los pies ya habían hecho tierra y no había manera de volver a volar. Retiré los lentes color de rosa y decidí abrir los ojos y ver al hombre que amaba sin capa ni escudo (pero eso sí con una espada bien hecha). Lo que encontré fue que la capa con la que lo cubría estaba bordada en puro control, que el escudo que tenía en las manos era mi inhabilidad de creer en una relación sin futuro, y que mis miedos habían creado una relación que en lugar de ser satisfactoria, me tenían enojada o a la defensiva todo el tiempo. Así que di un paso atrás. Empecé aceptando que Mr. Bolas no era ni por asomo mi pareja, era mi novio, mi amante en el mejor de los casos, pero que no sería ese ser que iría tomado de mi mano a las reuniones social/ familiares. Que no sería con quien tuviera que negociar con quien pasaríamos navidad y año nuevo. Y que la relación que teníamos, tal cual estaba se iba a quedar. La decisión era muy fácil. Podía quedarme y aceptar que las cosas estaban bien así, que podía amar a Bolas tal cual lo venía haciendo todo este tiempo (eso sí sin disfraz) y ser feliz o podía irme. Primero traté la última opción (es la más fácil, ¿podría alguien culparme?) pero entonces lo que sucedió fue que me dolía más la idea de no compartir con él esos pequeños espacios que el dolor que esos espacios a veces me provocaban. Así que me quedé. Me quedé con la idea de ser feliz con lo que tenía. Me quedé con la firmeza de aceptar a Bolas tal cuál era y sin sentirme afectada por las cosas que hace (o no hace). Me quedé con el propósito de fortalecerme y ser una Sianna más auténtica y menos temerosa. Me quedé para trabajar mi obsesión por controlar. Y me quedé por al amor profundo que siento por él. Han pasado unos meses de toda esta situación. Hoy vivo una relación un poco más encaminada a la libertad y al respeto (de ida y de vuelta), hoy vivo aceptando las ideas, formas y puntos de vista diferentes que tenemos. Hoy he dejado de planear y he podido independizar mi estado de ánimo del de Mr. Bolas. A veces es duro. Otras me toma un poco de tiempo controlar mis impulsos. Pero cuando me pierdo, retomo el camino, voy gallo- gallina, y poco a poco mis pasos se afirman y al rato hasta puedo saltar.

Sianna

Crònicas del Palacio: ¡Hoy es mañana!

octubre 19, 2008

La pequeña Princesa Rosa, ha acuñado una de las frases màs fabulosas que he escuchado, no sòlo por la sabidurìa que encierra su breve contenido, sino porque me he dado cuenta que los adultos hacemos justamente lo contrario!
Ella cada dìa, al despertar, corre a preguntarle a su mamà: "¿Hoy es mañana?" Claro! Rosa espera ansiosa la respuesta, puesto que cuando pide permiso para invitar a su vecinita a jugar, le dicen que espere a mañana; si quiere ir a la Plaza ò salir al parque, recibe la misma respuesta; sobra decir que le sucede frecuentemente; para los niños de esa edad, el concepto del tiempo es efìmero! Dà lo mismo 10 minutos que 10 horas!
Y la manera que ella encontrò de agendar sus diversiones, deja mucho en què pensar...
A mì, al menos, suele pasarme por la cabeza lo opuesto.
¡Cuàntas veces he repetido en mis pensamientos las mismas afirmaciones!
"Mañana me pongo a dieta!" "Mañana mi hijo encontrarà trabajo!" "Mañana arreglarè el desorden!" "Mañana hago la cita con el mèdico!"
Y si buscamos dentro de la indosincracia del pueblo, la variedad serà sin fin!
"Mañana te pago!" "Mañana te lo devuelvo!" "Mañana nos casamos!"
No es en balde, que nuestra palabrita nos ha hecho famosos con los extranjeros que visitan nuestro paìs, y ante cualquier necesidad que surge en su paseo, la respuesta en siempre la misma: "Ma-ña-na!"
Hoy, amanecì con la certeza de que yà quiero que sea mañana!
Yà no màs esperar a que se compongan las cosas y el panorama se aclare! Estoy harta de ver pasar el tiempo pasmada y absorta en mis preocupaciones, siempre esperando al mañana por venir...
Eligo cambiar el presente! Debo dejar ir al pasado martirizàndome de cuanto pude hacer y no hice! Debo ver al futuro como, "hoy"!
Recordar que el pasado es historia que tiene valor sòlo como enseñanza para aprender de los errores y no tener que repetirlos.
Por eso, la Madre Naturaleza, en su sabiduría, no nos permite volver al pasado y mucho menos modificarlo!
El pasado no es para que lo viva, cada vez que lo hago me alejo del futuro!!!
Me pierdo gran parte de la vida porque no veo a mi futuro, he estado tan ocupada con pensamientos del pasado que no disfruto el presente!
Son los ojos del pasado los que estaban guiando mi presente...Hasta ayer!
Por fin, hoy es mañana para mì tambièn!

Penèlope

Las chicas: Somos viejas no brujas

octubre 16, 2008

En los últimos días me ha dado por pensar y analizar. ¿Que es lo que hace a una pareja ser pareja? Durante mucho tiempo hemos creído que ser pareja tiene que ver con el amor, con conocerse, con el tiempo que ya invertiste en el “negocio”, con los hijos, con las familias, con entendernos, con compartir. Sin embargo, después de escuchar a mis chicas y chicos en sus distintas relaciones de pareja, parece que no podemos ponernos de acuerdo.
Hace unos días discutía con Mr. Bolas. Él me dijo una frase que me puso a reflexionar: “Ustedes son viejas (perdonemos un poco a mi macho y sus palabras despectivas) no brujas. Creen que pueden pensar y sentir por nosotros y no es así. En las discusiones ustedes siempre dicen es que yo creí que tu pensabas o quería tal cosa, y no es así. Si quiero algo lo pido y punto”. ¿En serio? ¿Así de fácil? ¿Entonces no tengo que preocuparme de hacerte feliz? ¿No soy responsable de hacerte la vida más cómoda? Wowww.
Días después platicaba con uno de mis amigos. Él me contaba un episodio que terminó de aclarar la declaración de Bolas. Fue a comer pizza con su esposa, ella le sirvió una rebanada y él volteo a tomar una servilleta, para cuando su mirada (que debe haberse desvíado 4 segundos) regresó al plato, su esposa estaba poniéndole queso parmesano encima y eso lo shockeo de todo a todo. Yo no entendía si el problema era que el queso no el gustaba o si no le gustaba en la pizza, pero él me explicó que finalmente el problema era que él no quería comerse la pizza así ese día, y que le asombraba lo controladoras que podíamos ser. Que este gesto aparentemente romántico en realidad encerraba una terrible falta de respeto. En mi cabeza la justificación surgió: ella es una buena esposa y lo conoce mejor que nadie, en automático ella se adelantó a sus deseos para que él no tuviera ni que tomarse la molestia de pedirlo (y claro que surgió por haber recordado la cantidad de veces que le hago tacos para cenar a Mr. Bolas y se los aderezo a “su gusto” sin preguntarle si es su gusto de ese día o no).
Pero no pude dejar de preguntarme: ¿Qué hemos hecho? Con esta idea romántica de que les conocemos todo de todo (digo, hasta Arjona escribe una canción demostrando que sólo porque él la conoce mejor que el otro ella debería estar con él), hemos invadido su espacio, su libertad, sus gustos. Hemos pensado por ellos y a veces tenemos también el atrevimiento de descalificarlos diciéndoles que eso que sienten no es verdad, que se autoengañan y que nosotras que somos poseedoras de la bola de cristal sí sabemos sus verdaderas emociones (o por lo menos lo que creemos que deberían sentir). Al final todo el problema está relacionado con el instinto materno. Éste nos produce la fantasía de que amar es igual a cuidar, y como los estamos cuidando, eso nos da derecho a transgredir la libertad. No somos capaces de esperar a que lo pidan. Seguramente nos adelantamos a sus deseos para que ellos se den cuenta de cuanto nos necesitan y de lo maravillosas que somos. Y además de no ser real (que nos necesitan porque maravillosas si somos), nos carga con una responsabilidad que a la larga nos agota y que nos lleva a la segunda parte: queremos el agradecimiento de TODAS las cosas que hacemos por ellos y nos dolemos cuando no llega. Así que después de analizar todo esto y de recordar que soy mujer y no bruja lo que sentí fue alivio. Alivio porque ahora espero a que él pida lo que quiere y además esta petición lleva de la mano mi libertad de elegir si lo hago o no. Alivio porque cada quien es responsable de elegir como vive y como llena su vida para sentirse feliz. Alivio porque el camino está más bien marcado en una autodependencia, en la que yo me hago consiente de mis necesidades y busco llenarlas por mi misma, y pido ayuda a quien esté cerca (pareja, amigos, madre, gurú, tía que no es tía), pero si alguno de ellos no puede o no quiere dármela, siempre habrá alguien más que sí pueda. Y esa es la mejor parte de tener a la mano a la gente que nos ama.
Así que lo que hace a una pareja ser pareja es simplemente las ganas de estar ahí, y cuando esas desaparecen, nada (ni el amor, ni el tiempo invertido, ni el conocimiento, ni los hijos, ni los cuidados, ni TODO lo que hicimos) harán que puedas seguir navegando en ese barco porque, las nubes en el horizonte habrán nublado tu vista y la brújula, por alguna extraña razón, hace tiempo que dejó de apuntar al norte.

Sianna

Crònicas del Palacio: Sueño, luego existo!

octubre 08, 2008

Estoy sorteando una suerte de crisis sobre la opciòn que elegì hace poco màs de una semana, cuando supe que debìa apartarme del camino de mis hijos, asì fuera para que se estrellaran en la realidad!
Este sentimiento de impotencia, me hace recordar que la paciencia nos trae satisfacciones...Hay que ser perseverante para alcanzar la meta trazada...
Definitivo, como todo lo que es simple. Nuestro dolor no viene de las cosas vividas, sino de las cosas que fueron soñadas y que no se cumplieron...
¿Por qué sufrimos tanto por amar? ¿Por què se sufre distinto por los hijos? ¿Por què parece no tener fin la cantidad de cosas con las que nos lastiman?
Lo correcto sería que la gente no sufra, apenas agradecer por lo bueno que se que generó en nosotros y en ellos. Recordar todo lo bello de su infancia! Recordar sus cualidades!
Recordar el sentimiento intenso y que nos hizo compañía por un tiempo razonable, un tiempo feliz. Y en los momentos oscuros por los que irremediablemente llegan a pasar, anclarnos a la totalidad de su persona para enfrentar la mala racha...
Mi desafìo consiste en liberar a mis hijos para que tomen el rumbo que ellos decidan, y creer que eso es bueno para todos!
Decir adiòs a mis expectativas creadas, sacudirme los anhelos guardados, soltarlos de una vez!

Ante mi resistencia frente lo inminente, el sentimiento que me atrapa es la negaciòn, y reclamè por què debìa de experimentar asì de amarga mi realidad; por què otras familias no transitan estas dificultades para salir adelante. Me aseguran que todos tienen sus propios problemas y que la diferencia la hace el manejarlos estrictamente dentro del nùcleo familiar y dar otra cara al mundo...
Entonces...¿Por qué duele?
Porque automáticamente olvidè lo que fuè disfrutado y comenzè a sufrir por mis proyecciones irrealizadas; yo soy experta en eso de hacerme ilusiones sobre lo que no tengo control!
Tambièn me incorformo por todas las horas libres que dejè de tener para dedicarme a mi persona en aras de los demàs...Estaba tan segura que era lo correcto...
Lo ùnico que logrè fuè enseñarles a no cuidar de su cuerpo, tal y como yo lo hacìa con el mìo por proteger los de ellos...Què ironìa!
Los hijos nos etiquetan al estar envejeciendo, tal vez les resulte demasiado agobiante, y no se ponen a pensar en que no es la vejez lo que nos abruma, sino el saber que el futuro nos está siendo confiscado, impidiendo así que mil aventuras nos sucedan, todas aquellas con las cuales su papà y yo soñamos y que todavìa no llegamos a tener...
Uno puede planear el futuro siempre con optimismo, cuando se es joven, todo parece tan fàcil.
Nunca pensè que habrìa serios problemas que enfrentar y menos que mis hijos nos harìan sentir tan culpables por haberlos hecho parte de ello...
Considero que les dimos muy buenos ratos tambièn! Que fuimos arrojados y valientes y salimos en pos de un mundo mejor para ellos! Que todo cuanto hicimos fuè buscando alternativas!
Tal vez lo entiendan alguno de estos dìas, tal vez nunca...
"El problema no es tanto el dolor que las circunstancias nos provocan,sino más bien el impacto que estas circunstancias tienen sobre nuestros planes y sueños..."
¿Cómo aliviar el dolor de lo que no fuè vivido?
La respuesta es simple como un verso:
El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional.
(Carlos Drummond de Andrade)

Penèlope

Crónicas del Palacio: Dulces Recuerdos...

octubre 02, 2008

Mi recuerdo más lejano de un dulce, sería sin duda una paletita "Larín" de anís; tan pequeña y a la que se le atribuían propiedades curativas del empacho causado por la dentición, así que debo haberla probado por ahí de los seis meses de edad.
Mi primera infancia no me resulta muy clara en memoria, acerca de mis golosinas favoritas y es extraño, puesto que soy sumamante dulcera y aficionada a calmar mi ansiedad con los postres, y bajo la tutela de mi abuela que se alimentaba a base de pan, pasteles y chocolates, nunca faltaba algo que saborear en casa!
Con ella hacía verdaderos recorridos gastronómicos por toda la parte bella de la ciudad de México. Era capaz de pagar un taxi por hora sólo para ir a comprar el pan español recién horneado en "La Veiga" y aprovechar a comprar puchas y ochos, bizcochos que jamás he vuelto a ver ni en los libros de repostería.
Cuando enfilabamos hacia la Colonia Polanco, el festín no tenía límite! Mi favorito, era un pastel rectangular, relleno de mousse de chocolate frío en tres capas y cubierto de glassé con más chocolate, que vendían en el "Café Danubio", frente a la Glorieta a Gutemberg. La dueña del lugar, también preparaba uno de fresas con crema del cual, engullí tanta cantidad en una sola porción, que quedé empachada de por vida con la crema Chantilly, y en el pecado llevé la penitencia, pues yá no fuí capaz de volver a comer los merengues de "Elizondo", ni los cisnes tipo choux, que tanto me facinaban! Lo bueno es que podía hartarme de las mockas, que no eran del sabor que relacionamos con ese nombre, sino unos pastelillos de vainilla, rellenos de crema pastelera y con un fondant glaseado en blanco, beige ó mi favorito, en color de rosa, levemente envinados lo que hacía escurrir el almíbar al primer bocado...Mmmhhh!!! Allí también conocí los eclaires de café ó chocolate, una verdadera delicia!
Frente al Parque del Reloj, vendían otro pastel redondo, de chocolate claro con merengue blanco y finísimas líneas de jarabe de cocoa, que invariablemente me hacían caer en la tentación de probarlas con el dedo antes de partirlo, so pena de un manazo!...También, en esa tienda, tenían unos chiclosos de leche, envueltos en celofán, y las paletas heladas "Yom-Yom" de chabacano ó grosella, que eran espectaculares!
Junto al Cine, estaba la panadería de "La Marquesa", donde al llegar nos recibía ese adorable aroma a pan con mantequilla, que emanaba del horno, y así conocí la gloria en forma de brioches y magdalenas con un leve dejo a limón, también envueltas en bolsitas de celofán con su moñito verde, tan hermosas como deliciosas!
Muy cerca, estaba "Frascatti", tienda italiana donde me compraban "Nescao",ó sea, chocolate en polvo para tomar con la leche, que bien valía la pena la caminata! Pasaba por "La Vaca Negra", lugar que presumía hacer las mejores malteadas que pudieses probar jamás! En "Duca D'Este", el mantecado de tutifrutti me ponía en estado de ensoñación! Esa deliciosa crema de vainilla critalizada y helada, con pequeños trozos de cerezas y fruta cubierta...manjar de los Dioses!
Si el bolsillo lo permitía, quedaba el recurso de llegar a la chocolatería "Courrier", con lo más excelso y nunca igualado en este bocado! Los de nuggat, mis favoritos, pero ni a cuál irle!
Y miren que mi abuela consumía todo tipo de chocolates, las tablillas "Ferback", las figurillas de "Turín", en dulce y amargo, los sticks de menta de "Sanborn's", los famosos de "Arnoldi", en donde también comprabamos las tartaletas en forma de ratón ó ranita, hechas de una crema indescriptible, de maravilloso sabor!
Y aún en tiempos de austeridad, llegar a la dulcería "Larín", y pedir grageas, chiclosos de café, peritas de hierbabuena, enjambres de nuez, los perfumados en formas de corazón y flores de colores pastel y el famoso "Almon-Ris", que antes sí era de almendras; recuerdo que mi papá decía que él tenía cuerpo de muñeco de "Tin-Larín" y era cierto!
Lo comercial, como las "Paletas Mimí" y los maravillosos chiclosos "Toficos" eran lo común al gastar las monedas del Domingo, en la tienda de la esquina; a mí también me gustaban los chicles, así que me dí vuelo con los "Adam's" de orozus y las "Motitas" de plátano!
Los mazapanes de "Cerezo", en su sabor de antaño, nadie los ha podido igualar, lo mismo que las yemitas con canela de "La Ideal".
Todo tiempo pasado fué mejor, sobre todo en cuanto a lo dulce, lo puedo asegurar! El sabor de las tablillas de "Carlos V", tanto a la suiza, a la francesa y a la española, éste último lo degustábamos en un bolillo, como merienda regular, jamás han vuelto a ser ni sombra de lo que fueron; los"Twinky Wonder" y las mantecadas "Bimbo", que mi abuelo me llevaba a comer a escondidas de su refinada esposa, porque eran un insulto a su buen gusto y paladar exigente, pero nosotros los disfrutabamos con singular alegría , sobre todo por ser prohibidos hasta de mencionar, eso era para la chusma...
Cuando llegaba algún personaje célebre a la Capital, usualmente pasaba en caravana un desfile por las principales calles del centro, y para no mezclarnos con el pueblo, mi abuela me llevaba a verlo, al restaurante del penthouse del "Hotel Reforma", el "Pam-Pam", y el chef- repostero preparaba una nube celestial en la forma de pastel de coco, blanquísimo, esponjadísimo y con una cubierta casi imperceptible, como espuma, que es lo más exquisito que he probado en mi vida! Por desgracia, este cocinero se llevó su secreta receta a la tumba, egoísmo que jamás le perdonaré, pues gustosamente hubiera sido su fiel guardiana, pero el viejo francés era de lo más desconfiado para mi pesar, y se fué de este mundo sin dejar su legado!
Qué dulces recuerdos! Agradezco la glotonería sin freno de mi abuela que tantos atracones me proveyó. Lo que nunca aceptaré, es que a ella no le hacían subir ni un gramo en su peso, pero a mí me convirtió en almacén de calorías y me dejó un pleito comprado con la báscula, más todo eso es preferible a no haber sido parte de esta antología de postres que de sólo recordar, me hacen agua la boca!...
Cada quien sus gustos!
Viva el placer y mueran las consecuencias!

Penélope

A mi regreso

septiembre 25, 2008

Ahora me voy a encontrar esa parte de mí que ha estado escondida. A despertar sentimientos adormecidos durante tanto tiempo. Me voy a recorrer el mundo que se extiende ante mí para hacerlo mío. Para encontrar nuevas metas mirando hacia nuevos horizontes y voy a buscar esa verdad que tanto he deseado.
Porque aquí, en esta casa que ha sido testigo de tantos sueños, de tantas locuras, de tantos amores, de tantos proyectos, de largas noches en vela, de páginas en blanco, ahora me aprisiona y si no me voy, todo lo que en ella he aprendido, todas las herramientas que me has dado de nada servirán si no las pongo en práctica.
Por eso tengo que volar, porque he aprendido que la felicidad no es un lugar ni una persona. La felicidad es el camino que recorres para alcanzarla, es cada paso que das en busca de ella, es una decisión de sentirla sin importar lo que afuera se vea.
Sé que al irme voy a encontrarme con la temida soledad. Que voy a enfrentar lágrimas con la pura compañía de mi espejo. Que el eco de mi risa será el gran compañero. Pero que es todo esto lo que me ayudará a encontrarme y a decidir mi rumbo a seguir.
Y entonces y sólo entonces volveré y podré decirte:
Gracias madre. Ahora ya se quien soy
Hades

El amor EN mi vida

Después de leer el artículo de mi querida amiga Sianna respecto al Amor de tu vida, publicado el pasado 15 de septiembre, me quedé instalada en la reflexión desde esa fecha hasta hoy que vuelvo a escribir para las chicas, porque de verdad que si fue motivo de reflexión el tema ¿quién fue el amor de mi vida? Fue la primera pregunta que se me vino a la cabeza, aunque de inmediato la corregí, el tiempo del verbo fue el incorrecto la pregunta la cambie por ¿Quién ha sido el amor de mi vida? De igual forma sentí que no me estaba formulando la pregunta correctamente. Aún así la pregunta me puso a recorrer mi pasado amoroso para así determinar quien de todos los que viven en él fue el amor de mi vida, y llegué a la conclusión que todos lo fueron!!! En su momento y con su muy particular forma de amarme, todos fueron importantes y me dieron la experiencia necesaria para llegar a saber, por ejemplo que el hombre con el que me casé fue el indicado para ello, para hacerme sentir que mi paso por la vida de otros no fue efímero ni intrascendente y que en algo contribuí también a forjar su experiencia en las relaciones interpersonales, de hecho me comprometo hoy a recordarlos a todos a través de este espacio en subsecuentes artículos.

Por ello no creo en la frase de fulanito ha sido “el amor de mi vida” creo que para todos ellos que han estado y están en mi vida lo justo es decir que TODOS SON EL AMOR EN MI VIDA.

La Diva

Las chicas: El limitado "amor de tu vida"

septiembre 15, 2008

Hoy escuchaba una de esas frases cliché que suenan de maravilla pero que incluyen un pretexto para analizar: “El amor de tu vida”. ¿Cuántos amores de tu vida se supone que te tocan? ¿Y como sabes si el amor de tu vida fue el que dejaste atrás pensando que en realidad estaba “tras lomita”?
¿Qué es lo que define al amor de tu vida?
Desde que tengo uso de razón he pasado largos ratos buscando al amor de mi vida. Cuando era niña lo buscaba en el príncipe de la Bella Durmiente (hasta que me decepciono que pudiera ser encarcelado en el calabozo tan fácilmente), en el de la Cenicienta (que no era capaz de recordar la cara del supuesto amor de su vida- seguramente por tanto chupe la noche del baile, o por confundirse pensando que después de una botella de bacardí todas las mujeres son princesas-, pero para el pie era buenísimo), en el de Ariel (que tenía el sueño dorado de cualquier hombre: una mujer muda, y aun así se iba tras la primera voz que escuchaba no importando que perteneciera a una gorda con tentáculos). And so on.
En la adolescencia fueron las novelas de Danielle Steel (hasta que la señora empezó a describir a los príncipes azules como viudos o divorciados, y la neta es que a los 15 años eso suena wakala). Y finalmente te sumerges en la magia del cine (clasificación B) y ves a Danny Zuko que cambia una chaqueta de piel por un suéter de corredor con tal de ganarse a Sandy (que a su vez deja su vestido virginal para ser una femme fatal). Lo cual es un poco confuso a esa edad, porque nunca entendí si lo que quería era a la virgen o a la femme fatal, y estuve jugando con ambos personajes hasta darme cuenta que dentro de mí vivían las dos. Podía ser la viuda negra tendiendo mis redes para atraer al hombre en cuestión, pero una vez que llegaba, me volvía virginal y asustada por que, seamos realistas, el pilín asusta (y más cuando sólo lo ha imaginado).
Anyway, no encontrando respuestas en la cultura, tuve que tomar el asunto y ponerlo en manos de la experiencia. He amado profundamente 4 veces en mi vida. Cada una con las concebidas dudas, celos, posesiones, aprendizajes y juramentos de amor eterno. Veo hacia atrás y sé que el amor ha sido eterno. Que a pesar de la distancia y el tiempo no he dejado de amar ni a ellos ni a la idea de ellos. Ha- Ash dice: “si no vas a estar cerca de mí, no voy a amar la idea de ti”, y yo me pregunto ¿Por qué diablos no? ¿En que parte del Evangelio está escrito que no se puede amar la idea de alguien? ¿Por qué no podemos tener tantos amores en la vida como zapatos en el closet? Cada uno fue el amor de mi vida, de la vida de ese momento que se detiene en el tiempo cada vez que voy de visita para recordar un poco de la yo que he ido sepultando entre trabajo, lana, hijos. Y una idea aún más revolucionaria: ¿Qué tal si para que sea el amor de tu vida, o alma gemela, no necesariamente tiene que haber sido tu pareja? ¿Que tal si en esta gama de almas gemelas también podemos contar a la gurú emocional? ¿A la madre que aún cuando tenemos 33 años de conocernos sigue sentándose a escucharme y a ruborizarse por las barbaridades que soy capaz de pensar? ¿Al amigo que se conecta a internet para saber de mis ultimas aventuras y por ahí sonsacarme a un viaje por la Gandhi cuando deberíamos estar trabajando? ¿Al amigo que aún con pareja en mano (y en cuerpo) me da refugio en su casa y la convierte en un spa cuando alguien me ha roto el corazón? ¿A la amiga que vive cosmopolitamente en las Europas y de tanto en tanto me escribe una línea en el facebook? ¿A la tía (que no es del todo una tía) que no tiene ningún problema en darme un sopla mocos cuando lo cree necesario, y que sabe que cuando paso la información a ella es porque estoy segura de lo que voy a hacer o de otra manera me tambaleo?
A como lo veo, estamos rodeados de “amores de nuestra vida”. Caminamos tomando las manos de unos y otros, pretendiendo ser independientes, sólo para descubrirnos atados en un amor profundo e incondicional que acompaña el autodescubrimiento.
Así que a los amores de mi vida: Gracias. No hubiera llegado a donde estoy sin las manos extendidas que he encontrado en mi camino.

Sianna

Susurros

Susurros…

Tiemblo como hoja de papel, como quinceañera que recibió su primer beso, así me siento hoy, después de que ayer me renovó el aire que soplaste a mi oreja cuando tus manos recorrían mi espalda en el estrecho espacio que teníamos en el auto, de verdad fue como regresar a la adolescencia, pero mejor aún, porque ahora fue con la experiencia de los años, los tuyos y los míos con la que ese momento se volvió increíble y mucho mas emocionante.
La excitación es una de mis emociones favoritas, me encanta que la adrenalina me recorra el cuerpo, ahora entiendo a los que gustan de los deportes extremos, jajajaja, el sexo es un deporte extremo!!!!.
Pero siendo honesta, realmente mi preferida es la etapa de la conquista, del acercamiento, esa etapa en la que el galán susodicho te envía señales, que tu radar si es que no esta un poco empolvado percibe, aunque sea débilmente, pero percibe y te hace preguntar, primero ¿y este que se trae?; después de ese primer momento, paras las antenas y te das cuenta de que si, es a ti a la que le esta coqueteando, no es a nadie mas que a ti!!!, que trata de tocarte con el más ínfimo pretexto aún cuando el salón esta lleno, y todos los miran, y aunque a ojos de los demás ese contacto es casual e inocente, en tu piel es una descarga eléctrica que se intensifica cada vez que su mano se posa en la tuya, o en tu hombro o tu cintura, para que le permitas pasar junto a ti. En ese momento ya tienes la certeza de que efectivamente sus esfuerzos van encaminados hacia ti. Que emoción!!!, sobre todo cuando a ti en secreto, ese hombre te ha fascinado, te lo has imaginado en versiones no aptas para menores de edad, y ahora, lucky girl, el hombre se interesa por ti.
De inmediato tu cuerpo se exalta y responde a esas señales, generando a su vez las propias y necesarias señales que confirman la disposición para continuar con el flirteo, por que díganme chicas, a quien no le gusta sentirse coqueta y deseada, a este punto la reunión esta por acabarse y no tardara en llegar el momento de irse, que pasará ahora?, te preguntas, tu mente empieza a pensar a mil por hora, por un lado tu consciente y aburrido yo, te dice que es el momento en que sanamente te despides y te vas a tu aburrida y decente vida y la Diva que todas llevamos dentro te grita que NOOO, que te esperes a ver que sucede después, que vivas el momento, que te dejes llevar por esa emoción que hacia tiempo tenías olvidada, en esa discusión mental estas cuando el hombre te dice de la forma mas casual del mundo que no tiene coche (veinte que te cae en ese momento, porque efectivamente venia con otros y esos otros se fueron hace mucho) y que se regresa contigo y tu con tu mejor cara neutra y desinteresada, le dices: claro!!!, vámonos, te paso a dejar!!!, la moneda esta en el aire, ya no te pudiste despedir decentemente, cortando toda posibilidad de quedarte a solas con él y por el contrario ahora estas a solas, en tu coche y con un largo camino que recorrer por delante para llegar a sus respectivas casas!, aquí se prendió el gran foco rojo y empezó a sonar la sirena de alarma, ¡posible riesgo de caer en los brazos de un hombre sexy, velludo, de mirada profunda y grandes manos, PELIGRO, PELIGRO!!!!.
Emprendes el camino y enmudeces completamente, ante el temor de que con los nervios que tienes te desates en una andanada de tonterías incontrolables y que te hagan parecer una tonta cotorra y además para evitar que el temblor en tu voz evidencie que efectivamente estas pensando que algo va a pasar y de verdad no quieres que él se de cuenta que lo estas pensando, de igual forma el no dice nada, así que por una fracción de segundo piensas que eres estúpida con grado máximo y que todas las señales que percibiste fueron producto de tu calenturienta mente y que el hombre para nada te había estado coqueteando…. Cuando ayyy, sientes su mano en tu pierna y vuelves el rostro y miras la profundidad de sus ojos que brillan como los de un lobo codicioso y te pide que estaciones el coche un momento y tú como autómata hipnotizada por esa mirada te orillas y apagas el motor y ante la expectativa tu pulso esta acelerado y con trabajo puedes mantener normal la respiración, él te toma entre sus brazos y acerca su boca a tu oreja y al susurrarte al oído su ansiedad por ese momento hace que toda tu sensatez se salga por la ventana del auto para cerrar los ojos y abandonarte al momento, sin pensar en lo tarde que es, en el lugar donde están y en lo inusual de la situación.


La Diva.

La fortaleza

septiembre 12, 2008

Después de dos meses y medio de estar atada a unas muletas finalmente pude dejarlas, mi cuerpo comienza a responder. El último estirón ha sido lo más difícil de todo el proceso, el dolor en mis piernas persiste, pero ya es tolerable. Mi mente respondió de forma inusitada al hecho. Me deprimí. Me sentí caer en lo más profundo de mi refugio, la fuerza me abandono un día por la noche, me sumí en la melancolía y el dolor. A la mañana siguiente no tenía fuerza para levantarme de la cama, el primer día con el bastón dejó mi cuerpo desgastado y exhausto. Mi pareja me miró con extrañeza y las lágrimas comenzaron a fluir, me declaré derrotada, sin energía para continuar dando batalla, sin siquiera la intención de hacerlo.
El me miró y me dijo que no podía darme por vencida, que siempre me había distinguido por hacerle frente a los embates y salir avante, que no era el momento para claudicar y que el confiaba en mí, en la experiencia que tengo y que me ayuda a seguir cuando no hay de donde sostenerse. Me tomó de la mano y me sacó de la cama.
Estuvo todo el día conmigo, me dio cariño, apoyo y sobre todo mucha ternura. Me dijo que lamentaba mucho no haber sido un buen apoyo, el no estar ahí cuando más lo necesitaba, el asumir que yo podía con la situación y que saldría adelante por mi misma. Permaneció ahí acunándome a lo largo del día cada vez que las lágrimas volvían a mojarme el rostro.
Por la noche una gran amiga me habló. Le dije como me sentía y las ganas de tirarme al piso que rondaban en mi alma y corazón.
Ella me dijo que no podía creer que después de aguantar la peor parte decidiera darme por vencida, que no era el momento para soltarme y perder la cabeza y el tesón. Que soy una mujer fuerte y que me dejara de pensar cosas negativas, que – como yo siempre le digo – alejara los pensamientos negativos y los supliera con esperanza y confianza en mi misma. –Tu puedes wey, ¿a poco te vas a dar por vencida ahora? ¡¡Ni madres!!, tú puedes y vas a salir adelante, mañana te sentirás mejor-

Y así fue, el amor y ternura de mi pareja y la fe y confianza de mi gran amiga, rescataron y revitalizaron a la loba asustada y exhausta que yacía en un agujero húmedo y con olor a podrido. Agradezco profundamente su apoyo su , fe, su confianza y sobre todo agradezco las palabras que fueron un bálsamo para mis heridas, vendas para mis patas rotas y lametones para mi cuerpo cansado.

Estoy en pie.

Una Loba renovada.

Entre las letras y los amores al cabo de un año

septiembre 11, 2008

Acabamos de cumplir un año en nuestro espacio y comienza uno nuevo. Amigas, quiero que reflexionemos en lo que fué en este tiempo..
¿Qué cosas pasaron en nuestra vida?
¿Qué cosas hicimos que antes no habíamos hecho?
¿Qué momentos difíciles vivimos?
¿Qué momentos alegres disfrutamos?
¿A cuántas personas conocimos, amamos, encontramos, y hasta dejamos en el camino?
¿Qué cosas hicimos por nosotras mismas?
¿Cuántos momentos pasamos derramando lágrimas?
¿No sería genial hacer una breve carta que nos hiciera palpar lo que nuestro blog ha hecho por nosotras, las que abrimos nuestra historia personal y nos hicimos confidentes?
Recién supe que las mujeres, hablamos de nuestros problemas y glorias, sin esperar que nos den un remedio, como suelen hacer los hombres...Nosotras, simplemente...compartimos!
Y luego somos capaces de seguir adelante con la satisfacción de contar y escuchar, escribir y leer! Sí, efectivamente, a través de nuestros artículos, podemos intuir las respuestas hacia esas preguntas, de cada una de las que en principio, nos animamos a contarles...Ahora, yá se han integrado varones a la página y eso muestra que también a ellos les interesa lo que podamos decir por ellos y contra ellos! ¿De qué otro modo pensaban aventurarse en el 'lado oscuro del género femenino'?Escudadas en nuestra personalidad ficticia, la magia brota y sólo quienes nos conozcan muy intimamente, pueden descubrir la identidad de quien escribe, pero queda claro que jugar con esa vida que nos fabricamos, novelando un poco para unir los trozos de historia verdadera, es altamente gratificante!De antemano, me honra el pertenecer al gremio de las chicas, que ha logrado descubrirme a mí misma escribiendo ordenadamente lo que abrumaba a mi mente desordenadamente; como una catársis literaria; con el impacto de saber que fuí capaz de contar una historia personal que dió causa y efecto, al recibir la gratificante parte de algún comentario, para comprobar, como ya he dicho, que no es un diario secreto, sino carta abierta!
Pero como no hay mamá que vea feo al hijo, yo pude ver a cada uno de mis escritos como algo bello que surgió de un momento tal vez, horrendo, y sin embargo, dejar huella... Es maravilloso saber, que este arte del buen decir, no se limita a los privilegiados con el don de la escritura; habemos los empíricos, que hacemos nuestros pininos procurando utilizar alma en cada una de las palabras que aquí se dejan...
Larga vida a 'Las Chicas', y que nos una siempre este lazo que tan atinadamente lanzó al aire su creadora y amalgama, para seguir tejiendo historias!
Penélope

Crónicas del Palacio: A la vejez...viruelas!

septiembre 05, 2008

Hace un par de días el pequeño Príncipe Azul, me preguntó si yo era vieja...Quedé pasmada! Y cuando quise saber el origen de su duda, me dijo que sus amigos pensaban que las personas, para ser abuelos debían ser viejos...Interesante punto de vista...Pero me movió el piso! Y ¿si era cierto? ¿Acaso yá me consideraba vieja? ¿Por qué dá tanto horror el sólo pensar en la posibilidad? Debía haber alternativas , y las busqué afanosamente!
Envejecer, no es tan mala idea, después de todo...Puedo ser la persona que siempre quise
y no la extraña que se refleja en el espejo. No agonizo por eso. Nunca fuí vanidosa, menos ahora, y siempre he creído que la mejor crema de belleza es una conciencia tranquila. Siento pena por aquellas que inútilmente gastan todo su tiempo restante en quitarse el tiempo de encima!
He visto amigos irse muy pronto de este mundo, antes de descubrir la libertad que te dá acumular años, y en cierto modo, nos corresponde a quienes nos quedamos, sacarle provecho a la nueva etapa que se avecina y disfrutar sus bondades.
Podemos escoger nuestras actividades, así sea estirar un viejo traje de baño sobre un cuerpo abultado con tal de sentir el arrullo del mar, soportando las miradas de compasión de las que usan bikini... al fin y al cabo, si tienen suerte, llegarán a viejas!
Es preferible una historia intensa a un vientre plano! Y no me vengan con que se pueden tener las dos cosas, por favor!
Hay muchas ventajas que llegan con la madurez.
Puedo ser mi mejor amiga y permitirme toda clase de fallas, como romper la dieta ó no lavar los trastos, sin regañarme; debo ser más amable conmigo misma y menos crítica; y si deseo llorar...lo haré!
Mi corazón se ha roto muchas veces al paso de los años! ... Cómo no romperse cuando
fallece un ser querido, cuando ví sufrir a un hijo, cuando quedamos en la ruina y cuando murió mi perro, fiel compañero de las buenas y las malas!
Algo de la vida, también se vá olvidando, pero queda lo importante! Los años me han dado fuerza, entendimiento y compasión. Me siento bendecida por haber acumulado lo suficiente como para ir peinando canas en mi cabellera, y por encontrar mi sonrisa antes que los surcos de mi cara. Es más fácil ser positiva si no me importa lo que piensen los demás. Yá no me cuestiono. Yá me doy el derecho a estar equivocada. Debo decir NO y querer decirlo.
De a poco, me voy convirtiéndo en otra persona, y no perderé más tiempo en lamentar lo que no fué y preocuparme de lo que será.
Seguiré comiendo postre cuando lo deseo y tendré siempre otra porción para compartir, sobre todo con mis pequeños cómplices naturales. Con ellos se rompen las reglas y la monotonía!
¿Helado para el desayuno? ¿Por qué no? ¿Que tu papá te regañó por esa pequeñez? Deja que te cuente lo que él hacía! La venganza es dulce y es un plato que se sirve frío...
No importa que se nos manche el mantel si la comida valió la pena como para engullirla! Y un pantalón roto se puede remendar, no así su agobio por el regaño!
Yo yá eduqué y como premio ahora sólo me divierto y consecuento toda clase de travesuras!
Acabo hecha una facha, babebada de tanto beso y despeinada, no cabe duda, son una bendición cuando llegan y otra cuando se van!
El vacío que queda en el llanto de la despedida, hace que el atardecer pierda sus colores; me conforta saber que mañana habrá otro nuevo amanecer en mi ventana!
Y espero ansiosa lo que me depara...como antídoto para la vejez!

Penélope

Lo que tengo y a la vez no...

septiembre 04, 2008

Tengo un amigo. Bueno, en realidad tengo muchos, pero tengo uno en particular. Tengo un amigo que me acompaña a ver el mundo que amo. Tengo un amigo con el que comparto los cafés más estimulantes. Tengo un amigo con quién hablo de todo y de nada, con quien el tiempo pasa a nuestro lado y no alcanza a rozarnos. Tengo un amigo al que amo y respeto, a quien admiro. Tengo un amigo que extiende la mano para invitarme a que me sumerja en la alberca de sus sueños. Tengo un amigo que se sienta frente a mí y le interesa entrar en lo profundo de mi ser. Tengo un amigo que se reconoce espiritual, que se sabe miedoso, que se busca a si mismo, que quiere ir a la punta de la Malinche y encontrarse en el eco que produce el silencio. Tengo un amigo que sueña con un mundo de libertad y el estado perfecto de la relación de pareja. Tengo un amigo que tiene consigo al viento. Que es guiado por un elemento aire que le susurra al oído la sabiduría de la vejez. Tengo un amigo que no es viejo, pero no es joven. Que es hombre, esposo, padre, hijo, pero que en realidad no es nada de eso.
Tengo un amigo que sueña pero no despega el dedo pequeño del pie derecho de la tierra para no perder perspectiva. Tengo un amigo que usa trajes y corbatas, que vive en eterno conflicto con el azúcar, que desprecia los convencionalismos pero los maneja como un profesional. Tengo un amigo que es derecho en la carrera y mentiroso en lo cotidiano. Tengo un amigo que sabe que no sabe y no teme mostrarlo. Que reconoce a la mujer como su igual sin dejar de protegerla. Que entiende las profundidades del abismo femenino y que ríe al entender que es un pozo sin fondo. Tengo un amigo al que tengo y no tengo.
Tengo un amigo al que a veces no se donde acomodar. Me reta, me desafía, me llena, me ama, me aconseja, y después se retira.
Tengo un amigo que no es del todo un amigo, pero que se sabe parte de mí.
Tengo un amigo y en realidad no tengo nada. Sólo somos lo que somos. Dos eternidades encontrándose en un momento dónde el tiempo si importa.
Y en este tiempo y en este espacio compartes mi vida.

Belona

Las chicas: El exceso de velocidad y la falta de precaución

septiembre 02, 2008


Esta mañana camino al trabajo escuchaba en la radio acerca de un accidente en la autopista que había resultado en la muerte de dos muchachos. El locutor, haciendo gala de toda la lógica que era capaz, comentaba que después de una profunda investigación se había concluido que el encontronazo se debía a: el exceso de velocidad y a la falta de precaución. Eso me llevo a pensar: ¿Qué no todos los accidentes (de vialidad, de relaciones, de malas decisiones) se deben siempre a estas mismas causas?
En las relaciones de pareja (que por el dia de hoy llamaremos accidentes humanos) todo se debe a lo mismo. Analizo mi relación con Mr. Bolas, y no encuentro un momento en el que no haya habido falta de precaución y exceso de velocidad. Lo que inició como “vamos a pasar un buen rato”, se fue convirtiendo en una serie de reglas, juegos, y derechos irreales de uno sobre el otro. Ha pasado tan poco tiempo, y en esta necesidad mía de ir a 140 km/h, hoy me encuentro discutiendo el “a donde vamos”. Con cero precaución de mi parte, me he expuesto a situaciones dolorosas (que creamos juntos), a situaciones límite, y hemos estirado la liga todo lo que hemos podido. Las víctimas de este accidente en particular han sido las emociones, la modificación constante de las ideas, la renuncia a las cosas que amamos en pos de una relación que no pinta para ser lo que ninguno de los dos queremos (por lo menos no de momento).
Después de la última plática con mi gurú emocional, mi rata trabajaba a velocidades vertiginosas. ¿Por qué quiero una relación de “compromiso” si es precisamente lo que he hecho toda mi vida? ¿Por qué no me parece fantástica una relación de “novios” que no tenga que estar parada en los planes al futuro? Finalmente yo ya tengo hijos (que por aquello del reloj biológico a veces nos da la prisa de querer casarnos), ya estuve casada, ya amé de mil maneras a diferentes personas en la vida, y todo esto me lleva a donde estoy parada ahora. ¿Qué tanto de lo que pido en la relación con Bolas es lo que quiero realmente y que tanto tiene que ver con que es la única manera en que he experimentado las relaciones y no puedo concebirlas diferente? ¿Cuánto hay de esta idea cultural de que las relaciones, el sexo y el amor, sólo se validan si existe un compromiso a futuro?
Escucho a Mr. Bolas decirme que por situaciones que ninguno de los dos comprendemos, nuestra relación no esta hecha para planear, que lo nuestro funciona en base al acomodar las cosas que se van presentando día a día, y que pretender armar un futuro es imposible. Lo escucho también, cuando dice que no importa cuantas cosas sucedan entre nosotros mientras exista este amor seguiremos funcionando. Y no dejo de preguntarme si tendrá razón.
La cosa es que in the end el exceso de velocidad y la falta de precaución mueven mi vida en tantos aspectos que me asusta. Así que esta mañana decidí ponerme el cinturón de seguridad, comprar el reglamento de tránsito, y viajar por la autopista en el carril de baja velocidad, por lo menos hasta que aprenda a manejar en otros carriles sin romperme la madre. Y si no lo logro… que vengan las multas. Y ya iré pagándolas una a una.

Sianna