Crónicas del Palacio: A la vejez...viruelas!

septiembre 05, 2008

Hace un par de días el pequeño Príncipe Azul, me preguntó si yo era vieja...Quedé pasmada! Y cuando quise saber el origen de su duda, me dijo que sus amigos pensaban que las personas, para ser abuelos debían ser viejos...Interesante punto de vista...Pero me movió el piso! Y ¿si era cierto? ¿Acaso yá me consideraba vieja? ¿Por qué dá tanto horror el sólo pensar en la posibilidad? Debía haber alternativas , y las busqué afanosamente!
Envejecer, no es tan mala idea, después de todo...Puedo ser la persona que siempre quise
y no la extraña que se refleja en el espejo. No agonizo por eso. Nunca fuí vanidosa, menos ahora, y siempre he creído que la mejor crema de belleza es una conciencia tranquila. Siento pena por aquellas que inútilmente gastan todo su tiempo restante en quitarse el tiempo de encima!
He visto amigos irse muy pronto de este mundo, antes de descubrir la libertad que te dá acumular años, y en cierto modo, nos corresponde a quienes nos quedamos, sacarle provecho a la nueva etapa que se avecina y disfrutar sus bondades.
Podemos escoger nuestras actividades, así sea estirar un viejo traje de baño sobre un cuerpo abultado con tal de sentir el arrullo del mar, soportando las miradas de compasión de las que usan bikini... al fin y al cabo, si tienen suerte, llegarán a viejas!
Es preferible una historia intensa a un vientre plano! Y no me vengan con que se pueden tener las dos cosas, por favor!
Hay muchas ventajas que llegan con la madurez.
Puedo ser mi mejor amiga y permitirme toda clase de fallas, como romper la dieta ó no lavar los trastos, sin regañarme; debo ser más amable conmigo misma y menos crítica; y si deseo llorar...lo haré!
Mi corazón se ha roto muchas veces al paso de los años! ... Cómo no romperse cuando
fallece un ser querido, cuando ví sufrir a un hijo, cuando quedamos en la ruina y cuando murió mi perro, fiel compañero de las buenas y las malas!
Algo de la vida, también se vá olvidando, pero queda lo importante! Los años me han dado fuerza, entendimiento y compasión. Me siento bendecida por haber acumulado lo suficiente como para ir peinando canas en mi cabellera, y por encontrar mi sonrisa antes que los surcos de mi cara. Es más fácil ser positiva si no me importa lo que piensen los demás. Yá no me cuestiono. Yá me doy el derecho a estar equivocada. Debo decir NO y querer decirlo.
De a poco, me voy convirtiéndo en otra persona, y no perderé más tiempo en lamentar lo que no fué y preocuparme de lo que será.
Seguiré comiendo postre cuando lo deseo y tendré siempre otra porción para compartir, sobre todo con mis pequeños cómplices naturales. Con ellos se rompen las reglas y la monotonía!
¿Helado para el desayuno? ¿Por qué no? ¿Que tu papá te regañó por esa pequeñez? Deja que te cuente lo que él hacía! La venganza es dulce y es un plato que se sirve frío...
No importa que se nos manche el mantel si la comida valió la pena como para engullirla! Y un pantalón roto se puede remendar, no así su agobio por el regaño!
Yo yá eduqué y como premio ahora sólo me divierto y consecuento toda clase de travesuras!
Acabo hecha una facha, babebada de tanto beso y despeinada, no cabe duda, son una bendición cuando llegan y otra cuando se van!
El vacío que queda en el llanto de la despedida, hace que el atardecer pierda sus colores; me conforta saber que mañana habrá otro nuevo amanecer en mi ventana!
Y espero ansiosa lo que me depara...como antídoto para la vejez!

Penélope

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