Crónica de un rompimiento anunciado

Bueno, antes que nada me presento, soy Saskia, jamás he escrito por aquí, pero espero que me den la oportunidad de expresar mis sentimientos. Les platico que hace 2 años y medio que salgo con… digámosle señor “A”, siempre fue una relación turbulenta, no pasaba mucho tiempo antes de que nos peleáramos, pero el tiempo entre pelea y pelea era muy bueno, tanto, que a veces justificaba la forma en la que me trataba durante las peleas, despectivo, inconciente, machista y sobre todo patán. Total, resumo 2 años en un párrafo… Subí 10kg en 2 años, el fumaba cuando lo conocí y yo le deje muy claro que no soporto el cigarro, me da alergia y padezco de asma, el prometió dejarlo, hasta que un día me dijo que estaba demasiado gorda y también me confesó que el no había dejado de fumar. Quedamos en que el fumaría 3 cigarros por fiesta y que yo intentaría bajar de peso. He hecho inmensos esfuerzos por bajar de peso pero ninguno parece funcionar y cada vez me frustro más, ya que sé que no le soy atractiva y me siento mal conmigo misma.
Cada pelea comienza con una ofensa, sigue con una mueca o un silencio, después él explota, me manda a volar, minimiza mis sentimientos y espera que yo me disculpe. Yo, sostengo que él tiene la culpa, me enoja más que no me escuche, lo ignoro y pido que me traiga a mi casa… Varios días después le hablo o me hago la aparecida y cometo la misma burrada “no era para tanto” le digo, y ahí termina todo. ¿La tonta? Pues claro, yo, con tal de tener la fiesta en paz, con tal de no quedarme sola, con tal de no tener que “salir al mercado” con 10kg más por que ¿quién me va a querer así? Regreso y lo perdono.
Claro que no siempre es su culpa, pero cuando es mi culpa procuro disculparme casi hasta el punto de la humillación por que él así lo quiere y así me he acostumbrado a hacerlo.
Hace poco llegó un acabose, le dije muchas cosas muy feas que parecen haberlo hecho recapacitar, hubo una pequeña separación y cada quien pidió su espacio. 3 semanas después volvimos a la misma rutina y todo iba bien… Hasta hoy.
Escena: Fiesta de uno de sus tíos, taquiza y buffet de postres.
Hechos: Me comí 3 rebanadas pequeñas de pastel, él no dice nada, se la guarda. En el coche, camino a casa de persona “B” le cuento algo muy personal, señor “A” ve un coche muy bonito, se voltea para verlo y dice: “tsssssss!!!! ¡QUE COCHE!” (todo esto mientras yo seguía hablando), me quedo callada y comienza la pelea:
A: ah no si, que mala onda.
Yo: si…
A: ¿Qué? ¿A poco ya te enojaste?
Yo: Pues sí, me dejas hablando sola, te estoy compartiendo algo muy personal y te le quedas viendo al coche ignorándome.
A: Ay no… (palabras no aptas para sus ojitos lindos)
Silencio… Llegamos a casa de B y cada quien por su lado, para esto A ya llevaba 2 cigarros, llegando prendió otro y mas tarde prendió otro. Le grito “A! ya llevas 4, que onda?” y A contesta con toda la mala intención del mundo (por no decir PATANERÍA) “Pues que? Tu te comiste 3 pedazos de pastel”. Me retuerzo de coraje por dentro y le pido que me lleve a mi casa… No pasa nada durante el viaje a mi casa, pero al llegar le digo: “A mi lo gorda se me quita, pero a ti lo patán, lo dudo MUCHO”, me bajo y se va.

Así son nuestras peleas siempre, de alguna forma siempre logra voltearme la tortilla y echarme la culpa a mí, y yo en mi pequeña y frágil autoestima digo “esta bien, no es para tanto” e intento llevar la fiesta en paz. Mientras él este feliz, mientras yo no repele, mientras nada me moleste, mientras haga lo que él diga todo esta bien, no me puedo quejar, no puedo decir que algo no me parece, no puedo opinar acerca de la forma en la que lo tratan las personas más cercanas a él, no puedo decir que algo no me gusta, no puedo decir nada que lo contradiga… Regáñenme por favor, por que si no lo hacen, es probable que como buena tonta regrese a su lado y siga tolerando su patanerías. A veces pienso si esto es una especie de castigo por algo que hice o si por tonta me estoy castigando yo sola con este hombre.


Saskia