"El Gran Día"

abril 17, 2008

Tantaran, tantaran tantarara...tantaran, tantaran tantarara La marcha nupcial suena. Hay unas 200 personas vestidos de impecable etiqueta esperando afuera del castillo-iglesia; de repente todos se arremolinan entorno al carruaje disfrazado de Mercedes Benz que decorado con sendos moños blancos aparca justo enfrente de la puerta...la respiración se detiene y hay un momento para voltear a ver al príncipe azul que ansioso y con un azahar en la solapa espera justo junto a la puerta. Del carruaje surge una hermosa mano; de la mano sobresale una sortija de diamantes con la cual el príncipe prometió amor eterno. Metros y metros de seda y encaje de chantour; blancos o beige preceden a la hermosa princesa que desciende esbozando una enorme sonrisa angelical y una mirada enamorada escapa de sus demasiado maquillados ojos... el príncipe se queda inmóvil, ella está a punto de entrar a la iglesia-castillo de la mano de su orgulloso padre...Es el gran día, el día más importante para toda mujer!... o al menos eso dicen mi abuela, mis tías, la tele, las revistas, el Internet y los libros de Corín Tellado. ...¡Hasta que la muerte los separe! ...¡Vivan los novios!... ¡El ramo, el ramo!,...¡Queremos pastel!... Beso, beso... Arriba las chivas!.... Tengo un armario lleno de vestidos de dama que mis maravillosas amigas y primas me han hecho usar en sus "gran día" de los cuales han resultado... en todos los casos, sin excepción matrimonios felices, duraderos, llenos de amor, bebes, pañales, trastes sucios, ropa en el suelo, asientos de baño orinados, etc, etc...Bueno así va la historia ¿no?... ¡hasta que la muerte los separe! Hace un par de semanas mi novio y yo estuvimos en el "gran día" de un amigo, al que llamaremos "Príncipe"; pues bien, príncipe era feliz con su vida de parrandas y fiestas alternado con trabajo y mimos de mamá; hasta que un día apareció "Principessa" (la novia en cuestión) y una flecha cruzó su noble corazón y como a la tercera cita quedaron embarazados... el reino se alegró...y los papas de ella corrieron a abrazar a Príncipe, quién dando saltos de gusto y de acuerdo a sus principios decidió casarse... El "gran día" llegó pronto y como en los cuentos de hadas todos acudimos corriendo a la fiesta. Mi novio y yo llegamos ya iniciada la misa y notamos la felicidad en las caras de los novios... cero intercambio de miradas; Principessa lucía incómoda en su vestido "beige" y se acomodaba la cauda cada 3 segundos. Príncipe de frac con cara de no sé que diablos hago aquí y checando quien entraba a la iglesia.... entonces de repente algo se dijeron y chispazos de felicidad rebotaron en sus ojos con los cuales se decían... ¿que hace tu ex -novia en la puerta? ¿Quien demonios la invitó? seguro fuiste tu! El amor tuvo que ser interrumpido por el ministro quien llamó a los padres de los novios a subir al altar a acompañar a sus hijos... y nosotros los cuates que los veíamos recibir las bendiciones no atinábamos a entender que extraña decisión hacía que dos personas que en un arrebato de pasión se embarazaron acabaran unidas... hasta que la muerte las separe!, lo cual sucede sin boda y con boda... porque justo en el mismo recinto contábamos con la presencia de dos distinguidos caballeros que en circunstancias similares están a punto de convertirse en padres. El ejemplo uno tenía una "amiga cariñosa" que un buen día le escribió a la cigüeña y desde Paris le será traído un encarguito. Ésta feliz pareja, o quasi-pareja decidió que no tenían porque cohabitar en la misma casa ni tener ningún tipo de relación amorosa pero que se encargarían en conjunto de cuidar, educar y mantener al feliz y rechoncho retoño. El ejemplo dos lo conforman dos quasi-novios, que de plano el enterarse de que la damisela estaba en estado interesante empezaron a tirarse cuanta piedra verbal encontraron a su paso y así de ser los apasionados amantes del círculo polar pasaron a ser los próximos padres de un pequeño hijo de sus abuelitos paternos y maternos. ¿Será que hoy en día la piedra angular del "gran día" está debajo de las alas de la cigüeña? ...y ¿será este "hogar" lo adecuado para traer un nuevo ser al mundo?...o ¿valdrá más la pena tomarlo con calma y educarlo como "cuates"?
Mi novio y yo estamos seguros de que algún día tendremos nuestro "gran día" pero mientras tanto, vivimos juntos y tratamos de educar y alimentar a la pequeña perrita que vive con nosotros... y hasta que la muerte nos separe!
Taldira

1 comentarios:

LobadeCiudad dijo...

Matrimonio y mortaja del cielo bajan¡¡¡
Así decían antes, yo no creo ya en el rollo del matrimonio , hice el númerito legal por darle el gusto a mi madre (y quitármela de encima ) pero fue porque estaba embarazada, la regué y gacho, ese matrimonio fue un fracaso y ahora doce años después de mi separación viviendo en unión libre todavía me la pensaría para casarme de vuelta, como no sea para que mis chavitos tengan todos los derechos, el "gran día" me viene guango. No creo en las bodas.