Crónicas de Palacio: El baile de máscaras

abril 07, 2008

Hace un par de días, tuve que cumplir con una de las más desagradables obligaciones que debo asumir en el Reino: Los eventos sociales...Por azares del destino, el mismo día es aniversario de nacimiento tanto de la Princesa Diamante, como de mi hermano menor, el Inventor Oficial en Ingeniería. El es muy querido para mí, pues sólo se lleva cinco años con mi primogénito, Ilustre, y tuve a bien una gran parte de su crianza, pues preferí interrumpir mis estudios por un tiempo y dedicarme a él, antes que verlo bajo la tutela de alguna Aya, y puedo decir con certeza, que eso fue lo mejor de mi adolescencia.En ésta ocasión, él cumplía 40 años, por lo que su esposa, amante de toda clase de festejos y reuniones, organizó un banquete con bombos y platillos, reuniendo a muchos de los integrantes de la "Crema y Nata" de nuestra sociedad!Ahí comenzó el conflicto de intereses! Aunque Diamante no tenía previsto su agasajo, nunca antes lo había compartido, debido a que mi hermano, por cuestiones de trabajo, siempre optaba por celebrarlo en el fin de semana más próximo y casi siempre en Domingo. Ésta vez, tocó a mitad de semana, aún así se llevó a cabo el gran Baile de Máscaras, en su honor!Tuve que hacerme a la idea de asistir sin remedio, la celebración lo ameritaba, así que fui a que me arreglaran el cabello y las uñas, me puse mi vestido de gala, usé mi perfume francés, y las perlas de mi abuela, que como joyas reales, sólo se lucen en eventos muy contados, y así completé el disfraz de "gente bien" requerido para circular entre tan singulares personajes!Uno debe ser experto en urbanidad y buenas maneras para salir avante de la convivencia con los tan mal llamados, "gente de clase alta", pues no son más que escoria de la humanidad, que escudados en sus máscaras, antifaces ò caretas, ocultan el verdadero "charol de sus entrañas"! Recuerden que ésta aversión, me viene de la infancia, por parte de las "finas amistades" de la Abuela Madre. La mayoría de los invitados, grandes aficionados al alcohol y a juzgar por sus miradas perdidas, creo que también son clientes asiduos a las boticas clandestinas...Qué más da saber, que aquél Señor Feudal anda enredado con varias cortesanas a plena luz del día, mientras su esposa hace lo propio con el chofer y el mozo! Otros más, intentan desesperadamente ocultar sus preferencias sexuales, las cuales saltan a la vista al ver sus ademanes y vestimentas, y esto no tendría nada de malo, si no se dedicaran a "comer prójimo", criticando a cada uno de los presentes, con saña y después dejaban escapar las risillas burlonas revisando con el rabillo del ojo de cabeza a pies, a quien osara pasar frente a ellos! Una caterva de moconetes, hacían gala publica de sus conocimientos en drogas y elarte de disimularlas entre sus efectos personales!No faltaron las vulgares "coladas" y los típicos "lame-suelas", arrastrándose ante los más adinerados e invitando a los presentes a unirse al club de los elogios mutuos, sólo les faltó llevar un bacín con monetes, para presumir lo "lindo que caga el Señor"..."Perfuman su repugnancia con exquisita urbanidad!"Esto es lo usual, pero en mi círculo familiar salimos unos raspados, otros heridos...Diamante se indignó al ver que los parientes rendían pleitesía al festejado y ninguno la felicitaba, a sabiendas que era también su cumpleaños, por lo que ella misma se encargó de pedir reconocimiento a su día, y esto desató la furia de mi madre, que se negaba a quitarle crédito a su hijo, distrayendo lo que nos ocupaba, entonces, se dedicó a hostigar a la Princesa, exagerando, preguntaba si también quería que los de la fiesta de enfrente vinieran a darle el abrazo, y Diamante, que no se anda por las ramas, claramente inició una extraña competencia entre ambas... Como era de esperar, El Que Oye a Dios, fue perdiendo la poca paciencia que tiene y salió de allí proliferando toda clase se maldiciones, jurando que nunca volvería a mezclar la fiesta de su esposa con nada...así fuera de índole mundial!En medio de todo esto, se gestaba un gran pleito entre el Hombre Íntegro y la Princesa Rubí, ambos alimentaban el incipiente fuego con mutuas acusaciones hacia sus debilidades; iban aumentando la sátira en sus comentarios, así como las emociones se salían de control, a pesar de intentar guardar la compostura a toda costa! de mi Reino. Yo, como espectadora pasiva, de tantos conatos de bronca, observo con tristeza el par de sillas vacías en mi mesa, pertenecientes a Ilustre y su esposa, Perla, los cuales se negaron a asistir, puesto que ni el tiempo ni el espacio ha logrado mitigar el pleito entre mis nueras!El cuarteto musical, hace las veces de escuderos, al impedir que unos y otros escuchen los improperios que proliferan de mesa en mesa!En eso, Rubí se me acerca, me susurra al oído: "Tu hijo ES un patán! Ya me lo han dicho miles de veces mi mamá y mis amigos!" Salieron de allí, dejándome paralizada ante lo dicho, pero con una grieta más en mi corazón!Salgo presurosa, no sin antes pasar por el amargo ritual de despedida, como quien huye del cautiverio y en mi mente resuenan las palabras de mi Maga Consejera, quien ya me había advertido del posible desenlace de dicha convivencia; ahora entiendo el por qué se le llama "roce social" a este tipo de actividades...Creo que mi futuro ya no contempla ni uno más de éstos descalabros! No suelo usar máscara!

Penélope

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