Un Caso perdido

diciembre 06, 2007

El amigo en cuestión era el típico soltero-con pareja, es decir, el clásico varón atractivo con pegue y hasta con fans (tiene su fama el chico), que tenía una chica total y completamente dedicada a él. Ella, una chica guapa, workoholica, creativa, muy inteligente, pero con una dosis extra de inseguridad. Él pasó por momentos difíciles una y otra vez, también workoholico, y ni uno ni el otro aflojaron el trabajo en aras de la relación. Les costaba trabajo hablar sin acabar pelando. Para él cada vez que aparecía una nueva (opción de cama), la tomaba, se la cogía por todos lados y luego le entraba la cruda moral por que sabía que su novia lo adoraba y le aguantaba sus depres, sus retiros económicos, y sus farras.
Para colmo de males, la novia tenía una lívido muy baja, así que mi amigo, andaba como lobo en busca de presa constantemente con las crudas de “después de”.
Finalmente se casan se van a vivir juntos y aunque no les falta nada, el sexo no mejora, la relación se desgasta y después de 5 años de novios, no duran ni uno de casados.
En el transcurso del último año, él conoce a una chica muy vivaz, dinámica, hija de familia, famosa, sexualmente muy activa, que tiene novio y dice estar enamorada de mi amigo. Él acepta que ella siga con el novio entendiendo que “es muy difícil cortarlo por teléfono” (él vive en Suecia) y también acepta que el fulano llegue de vacaciones y se quede en la casa de ella. Mi amigo se rinde de amor. La adora, dice serle fiel, le hace una mega fiesta de cumpleaños, se la lleva de viaje y hace planes para casarse con ella, le urge rentar un nuevo depa para tener un lugar que ofrecerle.
La chica, después de hablar con el novio de planta, descubre que lo que sea que tenía con mi cuate, sólo era un enamoramiento momentáneo y lo bota. El novio sueco que trajo anillo el compromiso, y que es completamente aceptado en su casa, regresa a sentar cabeza.
Resultado = Mi amigo se desbarata en llanto, le ruega, le pide, le exige, trata de conciliar, ofrece disculpas por errores que desconoce, llora de nuevo, no duerme , se deprime, después se encabrona y la ofende, para supuestamente poder cerrar el ciclo. Han pasado algunos meses de esta situación. Mi amigo es ahora un promiscuo de marca, se acuesta aquí y allá, lo cual por si mismo no es malo, cada quién su cola, lo triste es que afirma estar muy bien. Gasta mucho dinero. Va continuamente al gimnasio. Pregona que nosotras las mujeres estamos llenas de exigencias. Que finalmente descubrió que éste es el estado natural de su persona De esta manera, se evita crudas morales y nadie le rompe el corazón.
Yo lo observo y no puedo evitar que salga de mi ronco pecho un: “no mames Enrique. Si pudieras volver a sentirte como la tarde que llegaste a mi casa y me dijiste que estabas enamorado como nunca en tu vida, te volverías a tirar al vació sin paracaídas otras tres veces, no me inventes cosas”. Enrique se queda muy serio y baja la mirada, seguimos caminando rumbo a su casa.
Alguien explíqueme ¿qué chingados le pasó? ¿En verdad un hombre puede cerrar tanto su cerebro por un desengaño amoroso?, ¿Dónde quedó el sexo fuerte? ¿Y…. que chingados le pasa a la chavita que lo despecho? ¿Quién la regó?

A todos los que lo lean, dejen sus comentarios, creo que todavía puedo echar otro huesito en su maquinaria cerebral, para que deje de hacer pendejadas.

Una Loba preocupada

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me parezco a Enrique, solo que con falda... Somos seres terriblemente necesitados de amor pero muertos de miedo de aceptarlo, es más fácil ir de cama en cama sin compromiso alguno, así no se sufre.. pero ahhhhhh de repente alguien viene y rompe nuestro esquema y aquí viene la caída mortal porke cuando nos abrimos al amor este nos dá con la puerta en las narices... que hago yo? neta, primero ser humilde, aceptar que si quiero amar y ser amada y luego cambiar mi forma de pensar acerca del amor...y sentir que merezco ese amor y que soy capaz de darlo... eso es lo que yo intento pero no sé si con los hombres funcione igual.
Enriqueta