Mi reino por una tregua

febrero 11, 2008

Resulta que se desató el duelo de poder entre los príncipes de mi Reino; ellos son tres; los llamaré de acuerdo al significado de sus nombres: el mayor, "Ilustre", el segundo, "El que oye a Dios" (¡porque a nadie más hace caso!), y el menor, "Hombre íntegro".El príncipe Ilustre, recién contrajo nupcias por segunda vez; pero repitiendo en mucho, el esquema de pareja sentimental anterior; el Reino desaprueba su elección, porque, su esposa se ha convertido en una suerte de "madrastra maléfica" para su princesita, nacida de su anterior unión; realmente no se sabe a ciencia cierta en qué momento ó por qué su nueva esposa tomó esta postura, pero le ha traído como consecuencia el rechazo generalizado de todos, muy a pesar de mis desesperados esfuerzos que intento para calmar los ánimos enardecidos de todo este gremio!El segundo al trono, le lleva ventaja a Ilustre en esto del matrimonio, pues tiene a su esposa, su principito y su princesita, en una unión apasionada y extremosa pero estable.El que oye a Dios, se ha tomado muy en serio su papel de padre y rechaza furiosamente la tibieza de carácter que muestra su hermano al lidiar con ambas mujeres y descuidar a su pequeña; Ilustre opta por la graciosa huida y se evade, entonces las quejas no se hacen esperar; le exigen un cambio de actitud; desde sus parientes más cercanos hasta sus amigos, los cuales, se cuentan a raudales.El hermano menor, los observa desde su postura de padrino por ambas partes, y desata su furia la falta de templanza del mayor y el exceso de mando autoritario por parte del otro; su novia, ha optado por una sabia postura neutral, y se mantiene a flote hasta ahora, lejos de la línea de fuego.Por otra parte, las esposas tienen y mantienen una feroz competencia y han llegado a extremos infranqueables; esto se vio claramente ahora que el mayor cumplió años y dejó su festejo al azahar, acostumbrado, a que su madre siempre disponía de los preparativos y organización de los eventos en el castillo, especialmente, los familiares; este año, ante la presencia de su flamante esposa, me retiré y les hice saber que contaban con todo mi apoyo pero que decidiera por él mismo, cómo, dónde y cuándo quería festejarse, pero se encontró con que su cónyuge ahora es el pretexto ideal para que nadie haya acudido a su propuesta para planear sus actividades; ni su hermano y cuñada, los parientes cercanos, y también los amigos emprendieron la retirada, con toda clase de argumentos inverosímiles!El hombre íntegro, su hermano menor, le reclama que ceda ante la presión popular y quedan sumidos en gran frustración.He ido tejiendo sin guía y la consecuencia es atroz. No sé con certeza la secuela de esta cruenta batalla; mi deseo inmediato es salir huyendo y no volver jamás. Pero...la distancia no debe de ser física...sino...emocional.
Penélope

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