Crónicas del Palacio:La primera y la última!

junio 29, 2008

Ayer, por fin, cerré el nutrido listado de ceremonias y celebraciones que me aquejaban de mucho atrás! Viéndolo ya desde otra óptica, noté que a partir del mes de Octubre, voy hilvanando una a una fiestas de todo tipo, y creo que las inventamos para complicarnos la vida! No digo que un cumpleaños pase de largo, como me ocurría a mí de chica, eso es terrible, casi como ignorar que naciste y vale la pena celebrarlo! Ni lo mande Dios!
Pero hay celebraciones que prácticamente rayan en lo absurdo, puesto que desvirtuan su origen y resultan grotescas entre más quieren ensalzarlas!
Muestra de ello, les platico que sin deberla ni temerla, me ví inmersa en el compromiso de amadrinar a una sobrina en su Primera Comunión; como si francamente no tuviera bastantes complicaciones, tanto económicas como familiares, la inercia me fué llevando a toda una serie de preparativos y rituales que pueden ser agobiantes, pero parece que a la gran mayoría les sirve de evasión y se endeudan, empeñando hasta el perico con tal de celebrar lo que bien hubiera podido ser un buen almuerzo casero en "petit comité"...
Empezemos por disfrazar a la protagonista; mezclemos estilos y pongámosle vuelos! Crinolinas, lazos, flores, no olvidemos el misal, la vela y el rosario, unos zapatos que dejarán ampollas en los pies de la pequeña, y que terminará por andar descalza el resto de la velada! Atrás de tanta cauda de tul y organza, se esconde una niña que ansía que termine la aburrida misa para llegar al salón y abrir los regalos!
El coro estaba integrado por unos cuantos mozalbetes, que se esmeraban en desafinar queriendo
dar la nota, en especial uno de ellos, que a todas luces imitaba a Juan Gabriel, por lo que yo me mantenía en alerta por si empezaba a pujar!
Una oleada de cámaras de todo tipo nos atacaban sin piedad, tratando de obtener el mejor ángulo
pero tanto mi ahijada como yo, haciamos "bizcos" ante tanta lucecita que permanecía en nuestras
córneas, ya saben: una con los papás, otra con las hermanas, los abuelitos, tíos, primos, amigos y colados, total, tanto ensayar la salida para que una vez que se terminó la música, cada quien optara por retirarse al unísono y uno nomás busca la luz al final del túnel, con los zapatos de tacón que ya hacían estragos en mis maltrechos pies, sobrevivimos al intento y emprendimos la graciosa huida, ésta vez, hacia el salón de fiestas.
Yá se encontraba la encargada de las viandas, preparándolo todo, y esperé que llegara más gente
puesto que a la Iglesia acudieron sólo los mismos más tres; pero como "a la gorra, no hay quien le corra", había esperanzas que acudieran, al menos a desquitar la comida prevista para mas de 50 personas! Podrán imaginarse que no fué nada barato, y muy a pesar de haberles hecho sugerencias de menús y combinaciones propias para la ocasión, no fuí requerida en estos menesteres, que dicho sea de paso, se me dan bien!
Su elección fué una taquiza con guisados de la región; sobra decir que la manteca y el picante eran los elegidos para incluirse en todos ellos, y estando uno en ayunas se veía venir la inminente acidez que atacaría en la sobremesa; lo más extraño, es que insistieron en tener un gran pastel, de esos, de panadería, con harta crema vegetal, y unos angelitos de gelatina, pintados a mano, que en un principio yo confundí con manitas de puerco; (a estas alturas no me extrañaría que también las hubiera); si como botana tuvimos fruta con chile, todo tipo de fritangas y unas hojaldritas traídas del Bajío; horchata rosa y agua de jamaica con más azúcar que los postres, lo que hizo que el hielo se consumiera en cantidades industriales, amén del calor existente, y uno con ropa emperifollada y sin poderse sentar bien!
Había varios centros de mesa! Parece que aquí cada quien quiso poner lo suyo, y el resultado final fueron una angelita morena, hecha en manta; una muñeca de trapo,rubia de ojos azules, hincada en reclinatorio; otra angelita rubia pero de papel, como no eran suficientes, en algunas mesas, las señoras las rifaron para llevarse alguna a casa; a mí, por ser la madrina, me tocó de todas...
Al final, los "recuerditos": Había unas cajitas color de rosa con moños, adentro llevaban hostias y un pequeño "misterio" de rosario; daban escapularios, pulseras, una medalla, todo esto en una gran canasta llena de más flores, moños y hasta mariposas! El estilo "rococó"palidecía ante tanto
primor; sé que habían hecho también unos angelitos en piedras de cristal, pero no los repartieron, puede que los hayan olvidado entre tanta carga que llevaron a la fiesta estos pobres
penitentes.
Ya pasadas las cinco de la tarde, me resultaba imposible seguir sentada en las sillas de metal y dí por terminada mi estadía, salí renca y tullida, pero satisfecha, como quien cumple una prueba superada y con el alivio de no contar en mi calendario, con otra de estas tertulias, al menos en unos meses, por lo que aprovecharé el intermedio y descansaré de las presiones sociales!
Y a todo esto, me pregunto...¿cuándo irán a arreglarle los dientes a la creatura? Ah, caray! No vaya a ser que eso corra por cuenta de la madrina!
Y luego quieren que me guste andar de fiesta!
Penélope

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