Los milagros de la navidad

diciembre 15, 2008


No lo puedo creer!

En verdad que he quedado anonadada, harto sorprendida y …no se que más.

Estoy acostumbrada a que mis conocidas, algunas amigas y en general el género femenino no concuerde con mi manera de pensar con respecto a las relaciones de pareja.

Son muy pocas las que, igual que yo, consideran sino que el romance es un estado pasajero de demencia o que el enamoramiento se cura como un catarro, por lo menos que todo este rollo es una bonita utopía a la que la mayoría aspira pero casi nadie concreta, por lo menos en el largo plazo.

Pero imagínense mi shok, cuando fue un amigo el que de manera categórica me salió con: “lo que dices no es cierto, donde queda el corazón, que pasó con los sentimientos”, casi casi se abrió la tierra y me tragó enterita.

En fin, esta declaración, me ha puesto a pensar en el por que de mi total seguridad con respecto al fracaso inminente de cualquier relación.

Tengo muy claro que cada quien habla de la feria como le fue en ella y es por eso que mi actitud y manera de pensar denota que me ha ido de la chingada, pero quiero aclarar algo, así me ha ido a mi y no con eso creo que a toooodos les irá igual (esto es solo para no crear pesimismo), estoy convencida de que por más que se “cultive” una relación, como plantita con todo y sol, sombra, agua y nutrientes, en algún momento se la va a cargar el payaso y ya valió, por eso hay de dos: o vivir el momento con singular alegría y felicidad buscando se muy optimistas o de plano pasar al lado oscuro y abrazar el cinismo como filosofía de vida, yo opté por la segunda.

A pesar de todo esto y de que creo muy difícil que algo o alguien me hagan cambiar de opinión, es muy grato encontrar aún alguien que de verdad, sin pose, confía en que todo puede ser maravilloso, cree que la vida en pareja es algo muy lindo y que los sentimientos y el corazón son importantes.

Esta es una de las paradojas de mi existencia, como con todo mi grado de cinismo, me puede “conmover” dicha declaración, no lo sé, tal vez sea parte de uno de los milagros navideños.

Lo único que esta situación me confirma es que no estoy tan equivocada al escoger a mis amigos, que todos y cada uno son maravillosos, ricos y cuentan con una infinita capacidad para sorprenderme, que me enriquecen y alegran, que me enojan y provocan que busque reconciliarme con ellos, que son insustituibles, únicos y muy preciados.

Diablos!!!!!, si encontrara a alguien que fuera como todos mis amigos, seguro regresaría al buen camino, pugnaría por la monogamia y aseguraría que el amor y las relaciones amorosas no están destinadas al fracaso.


SAV

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