Crónicas del Palacio: Dulces Recuerdos...

octubre 02, 2008

Mi recuerdo más lejano de un dulce, sería sin duda una paletita "Larín" de anís; tan pequeña y a la que se le atribuían propiedades curativas del empacho causado por la dentición, así que debo haberla probado por ahí de los seis meses de edad.
Mi primera infancia no me resulta muy clara en memoria, acerca de mis golosinas favoritas y es extraño, puesto que soy sumamante dulcera y aficionada a calmar mi ansiedad con los postres, y bajo la tutela de mi abuela que se alimentaba a base de pan, pasteles y chocolates, nunca faltaba algo que saborear en casa!
Con ella hacía verdaderos recorridos gastronómicos por toda la parte bella de la ciudad de México. Era capaz de pagar un taxi por hora sólo para ir a comprar el pan español recién horneado en "La Veiga" y aprovechar a comprar puchas y ochos, bizcochos que jamás he vuelto a ver ni en los libros de repostería.
Cuando enfilabamos hacia la Colonia Polanco, el festín no tenía límite! Mi favorito, era un pastel rectangular, relleno de mousse de chocolate frío en tres capas y cubierto de glassé con más chocolate, que vendían en el "Café Danubio", frente a la Glorieta a Gutemberg. La dueña del lugar, también preparaba uno de fresas con crema del cual, engullí tanta cantidad en una sola porción, que quedé empachada de por vida con la crema Chantilly, y en el pecado llevé la penitencia, pues yá no fuí capaz de volver a comer los merengues de "Elizondo", ni los cisnes tipo choux, que tanto me facinaban! Lo bueno es que podía hartarme de las mockas, que no eran del sabor que relacionamos con ese nombre, sino unos pastelillos de vainilla, rellenos de crema pastelera y con un fondant glaseado en blanco, beige ó mi favorito, en color de rosa, levemente envinados lo que hacía escurrir el almíbar al primer bocado...Mmmhhh!!! Allí también conocí los eclaires de café ó chocolate, una verdadera delicia!
Frente al Parque del Reloj, vendían otro pastel redondo, de chocolate claro con merengue blanco y finísimas líneas de jarabe de cocoa, que invariablemente me hacían caer en la tentación de probarlas con el dedo antes de partirlo, so pena de un manazo!...También, en esa tienda, tenían unos chiclosos de leche, envueltos en celofán, y las paletas heladas "Yom-Yom" de chabacano ó grosella, que eran espectaculares!
Junto al Cine, estaba la panadería de "La Marquesa", donde al llegar nos recibía ese adorable aroma a pan con mantequilla, que emanaba del horno, y así conocí la gloria en forma de brioches y magdalenas con un leve dejo a limón, también envueltas en bolsitas de celofán con su moñito verde, tan hermosas como deliciosas!
Muy cerca, estaba "Frascatti", tienda italiana donde me compraban "Nescao",ó sea, chocolate en polvo para tomar con la leche, que bien valía la pena la caminata! Pasaba por "La Vaca Negra", lugar que presumía hacer las mejores malteadas que pudieses probar jamás! En "Duca D'Este", el mantecado de tutifrutti me ponía en estado de ensoñación! Esa deliciosa crema de vainilla critalizada y helada, con pequeños trozos de cerezas y fruta cubierta...manjar de los Dioses!
Si el bolsillo lo permitía, quedaba el recurso de llegar a la chocolatería "Courrier", con lo más excelso y nunca igualado en este bocado! Los de nuggat, mis favoritos, pero ni a cuál irle!
Y miren que mi abuela consumía todo tipo de chocolates, las tablillas "Ferback", las figurillas de "Turín", en dulce y amargo, los sticks de menta de "Sanborn's", los famosos de "Arnoldi", en donde también comprabamos las tartaletas en forma de ratón ó ranita, hechas de una crema indescriptible, de maravilloso sabor!
Y aún en tiempos de austeridad, llegar a la dulcería "Larín", y pedir grageas, chiclosos de café, peritas de hierbabuena, enjambres de nuez, los perfumados en formas de corazón y flores de colores pastel y el famoso "Almon-Ris", que antes sí era de almendras; recuerdo que mi papá decía que él tenía cuerpo de muñeco de "Tin-Larín" y era cierto!
Lo comercial, como las "Paletas Mimí" y los maravillosos chiclosos "Toficos" eran lo común al gastar las monedas del Domingo, en la tienda de la esquina; a mí también me gustaban los chicles, así que me dí vuelo con los "Adam's" de orozus y las "Motitas" de plátano!
Los mazapanes de "Cerezo", en su sabor de antaño, nadie los ha podido igualar, lo mismo que las yemitas con canela de "La Ideal".
Todo tiempo pasado fué mejor, sobre todo en cuanto a lo dulce, lo puedo asegurar! El sabor de las tablillas de "Carlos V", tanto a la suiza, a la francesa y a la española, éste último lo degustábamos en un bolillo, como merienda regular, jamás han vuelto a ser ni sombra de lo que fueron; los"Twinky Wonder" y las mantecadas "Bimbo", que mi abuelo me llevaba a comer a escondidas de su refinada esposa, porque eran un insulto a su buen gusto y paladar exigente, pero nosotros los disfrutabamos con singular alegría , sobre todo por ser prohibidos hasta de mencionar, eso era para la chusma...
Cuando llegaba algún personaje célebre a la Capital, usualmente pasaba en caravana un desfile por las principales calles del centro, y para no mezclarnos con el pueblo, mi abuela me llevaba a verlo, al restaurante del penthouse del "Hotel Reforma", el "Pam-Pam", y el chef- repostero preparaba una nube celestial en la forma de pastel de coco, blanquísimo, esponjadísimo y con una cubierta casi imperceptible, como espuma, que es lo más exquisito que he probado en mi vida! Por desgracia, este cocinero se llevó su secreta receta a la tumba, egoísmo que jamás le perdonaré, pues gustosamente hubiera sido su fiel guardiana, pero el viejo francés era de lo más desconfiado para mi pesar, y se fué de este mundo sin dejar su legado!
Qué dulces recuerdos! Agradezco la glotonería sin freno de mi abuela que tantos atracones me proveyó. Lo que nunca aceptaré, es que a ella no le hacían subir ni un gramo en su peso, pero a mí me convirtió en almacén de calorías y me dejó un pleito comprado con la báscula, más todo eso es preferible a no haber sido parte de esta antología de postres que de sólo recordar, me hacen agua la boca!...
Cada quien sus gustos!
Viva el placer y mueran las consecuencias!

Penélope

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