Crònicas del Palacio: Sueño, luego existo!

octubre 08, 2008

Estoy sorteando una suerte de crisis sobre la opciòn que elegì hace poco màs de una semana, cuando supe que debìa apartarme del camino de mis hijos, asì fuera para que se estrellaran en la realidad!
Este sentimiento de impotencia, me hace recordar que la paciencia nos trae satisfacciones...Hay que ser perseverante para alcanzar la meta trazada...
Definitivo, como todo lo que es simple. Nuestro dolor no viene de las cosas vividas, sino de las cosas que fueron soñadas y que no se cumplieron...
¿Por qué sufrimos tanto por amar? ¿Por què se sufre distinto por los hijos? ¿Por què parece no tener fin la cantidad de cosas con las que nos lastiman?
Lo correcto sería que la gente no sufra, apenas agradecer por lo bueno que se que generó en nosotros y en ellos. Recordar todo lo bello de su infancia! Recordar sus cualidades!
Recordar el sentimiento intenso y que nos hizo compañía por un tiempo razonable, un tiempo feliz. Y en los momentos oscuros por los que irremediablemente llegan a pasar, anclarnos a la totalidad de su persona para enfrentar la mala racha...
Mi desafìo consiste en liberar a mis hijos para que tomen el rumbo que ellos decidan, y creer que eso es bueno para todos!
Decir adiòs a mis expectativas creadas, sacudirme los anhelos guardados, soltarlos de una vez!

Ante mi resistencia frente lo inminente, el sentimiento que me atrapa es la negaciòn, y reclamè por què debìa de experimentar asì de amarga mi realidad; por què otras familias no transitan estas dificultades para salir adelante. Me aseguran que todos tienen sus propios problemas y que la diferencia la hace el manejarlos estrictamente dentro del nùcleo familiar y dar otra cara al mundo...
Entonces...¿Por qué duele?
Porque automáticamente olvidè lo que fuè disfrutado y comenzè a sufrir por mis proyecciones irrealizadas; yo soy experta en eso de hacerme ilusiones sobre lo que no tengo control!
Tambièn me incorformo por todas las horas libres que dejè de tener para dedicarme a mi persona en aras de los demàs...Estaba tan segura que era lo correcto...
Lo ùnico que logrè fuè enseñarles a no cuidar de su cuerpo, tal y como yo lo hacìa con el mìo por proteger los de ellos...Què ironìa!
Los hijos nos etiquetan al estar envejeciendo, tal vez les resulte demasiado agobiante, y no se ponen a pensar en que no es la vejez lo que nos abruma, sino el saber que el futuro nos está siendo confiscado, impidiendo así que mil aventuras nos sucedan, todas aquellas con las cuales su papà y yo soñamos y que todavìa no llegamos a tener...
Uno puede planear el futuro siempre con optimismo, cuando se es joven, todo parece tan fàcil.
Nunca pensè que habrìa serios problemas que enfrentar y menos que mis hijos nos harìan sentir tan culpables por haberlos hecho parte de ello...
Considero que les dimos muy buenos ratos tambièn! Que fuimos arrojados y valientes y salimos en pos de un mundo mejor para ellos! Que todo cuanto hicimos fuè buscando alternativas!
Tal vez lo entiendan alguno de estos dìas, tal vez nunca...
"El problema no es tanto el dolor que las circunstancias nos provocan,sino más bien el impacto que estas circunstancias tienen sobre nuestros planes y sueños..."
¿Cómo aliviar el dolor de lo que no fuè vivido?
La respuesta es simple como un verso:
El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional.
(Carlos Drummond de Andrade)

Penèlope

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