¿A dónde van los perros?

agosto 01, 2008

El titulo de una película animada (“Los perros también van al cielo”), me sirve de entrada a una situación triste que me toco vivir junto a mi familia hace un par de semanas.

Habíamos tenido una perrita poodle por casi 10 años, se murió y volví a constatar que los perros, y en general las mascotas dejan una gran huella, si es que se los quiere y atiende como otro miembro de la familia. Cuando conseguimos esta perrita en 1998, yo confieso haberme opuesto a la decisión de mi esposa, apoyada por un par de niños que enloquecieron por tenerla. Era una perrita de un mes, presentada muy bonita, hasta con las uñas pintadas y con moños. Yo había tenido ya la experiencia de perder otra perrita que tuve mientras era hijo de familia, y recordaba lo mucho que mis hermanos y yo sufrimos su vejez y luego su partida. Independientemente del costo que generaba, yo no quería que mis hijos vivieran esa experiencia, y quizá había algo de egoísta en mi postura. Es más, hasta me tacharon de machista porque creían que mi oposición era a que fuera una perrita muy coqueta. Pero no tuve más que acceder, y en un principio trate de ser indiferente ante el animalito que poco a poco me fue ganando con su cariño.

La perrita sufrió con nosotros continuos viajes y cambios de lugar de residencia, y digo “sufrió” porque teníamos muchos problemas para que la aceptaran en varios lugares, y también porque la perrita se acostumbro a estar mucho tiempo dentro de su casita, que aunque era algo grande, era una casita. Por motivos difíciles de explicar, no podíamos tenerla libre en la casa, y la sacábamos a caminar un par de veces al día y luego estaba en la terraza por un par de horas para comer y hacer sus necesidades.

En los últimos meses la perrita empezó a mostrar enfermedades constantes, hasta que hace dos semanas amaneció con un sangrado intenso que acabo con su vida. Yo me entere al hablar por teléfono, pero estuvimos pensando gran parte del día como darle la noticia a mi hija, que aunque ya una jovencita, es muy sensible y quería de sobremanera a la perrita. Mi esposa me planteo, con el soporte de mi hijo, que lo mejor seria darle al mismo tiempo otro perrito que le ayudara a sanar la herida. Yo me oponía, porque aunque era una medida buena para el momento, a la larga un nuevo perrito traería la posibilidad de que tarde o temprano volviéramos a sufrir y repetir la historia.

Hay quienes me aconsejaron seguir lo que mi esposa e hijo decían, pero algunos otros estaban de acuerdo conmigo. Finalmente, se hizo lo que mi esposa escogió. La forma de darle la noticia fue enseñándole al nuevo perrito de 4 meses que obtuvimos en el mismo día. Fue un momento muy doloroso ver a mi hija llorar con tanta desesperación, pero el perrito ha aminorado su dolor en estos últimos días. Además, este perrito, aunque de una raza diferente, tiene muchas actitudes similares a la perrita anterior, como si alguien le hubiera cambiado la envoltura al ente que no nos abandonó, sino se transformó.

Se que algún día volveremos a pasar lo mismo, pero el sólo ver a mi hija mas tranquila, eso me hace doblegar mi orgullo de que no se tomara mi decisión. Y aquí vamos de nuevo. Y mientras me pregunto, ¿A dónde irán los perros?
Aquila

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios! Ó amanecí como jarrito de Tlaquepaque ó tu historia me estrujó el alma! Trajiste a mi memoria a mi adorado perro boxer, "Shamán", que nos dejó hace ya casi dos años, después de luchar como todo un guerrero contra el cáncer de intestino, y aún lo extraño y no he podido suplirlo con otra macota! Te diré lo que mi pequeño nieto, de seis años entonces, me dijo al verme llorar por mi perro: "Mira, lo que pasa es que Shamán ya no quería ser perrito, él va a regresar, pero ya no como perrito!" Les confieso que la candidez de su explicación me consoló bastante, pero lo que es increible es que a partir de eso, a mi casa llegó un colibrí de hermoso plumaje verde, y
entra a la casa, se posa sobre el candil, me ha seguido en mis labores domésticas, y un día lo saludé llamándolo "Shamán", sé que es él, no me teme y sigue acompañandome; hay que escuchar a los niños que tienen muy abiertos sus canales hacia otras dimensiones; por lo tanto, yo creo que los perritos, como toda mascota
que haya sido amada, regresará, y se dará a conocer con sus muy especiales comportamientos; Si tu perrita se manifiesta es porque si
regresó! Lo sé de buena fuente!