Crónicas del Palacio: Proezas!

agosto 14, 2008

Las labores domésticas, independientemente de ser tediosas, tienen una ventaja, viéndolo con optimismo, y esa sería que ocupan nuestras manos, más no nuestra mente. Si yá lleva uno un buen tiempo, repitiendo ésta rutina tan ingrata, que sólo se nota cuando no está hecha, pues se vuelve algo automático, y es entonces cuando podemos dejar que nuestra cabeza divague entre todo tipo de pensamientos. Ahí es dónde se puede uno estancar, haciendo memoria que hace bastantes días que no vemos a la vecina, y sin embargo, hay un flamante coche en su casa, ó que el carretón de la basura tiene casi una semana sin pasar y como si fuera poca la preocupación, habrá que averigüar si los jitomates que recién compramos, no pertenecen a la tanda de la salmonela!
Decidí, al enfrentarme estóicamente al bote rebosante de ropa por planchar, que cambiaría mi sistema, por lo que puse música suave e insipradora, me preparé una deliciosa taza de buen café y al unísono, emprendí la tarea de aplicarme a dejar las prendas impecablemente alisadas,
porque, han de saber, que una camisa bien planchada es todo un arte que hay que dominar!
Y empezó el viaje mental; todo comenzó al sostener la idea, de que estas labores siempre han sido consideradas femeninas, y sin embargo, los soldados las efectúan; ése era mi argumento de más peso cuando ponía a mis hijos a aprender de todo; que no fueran inútiles; tender una cama, preparar un almuerzo masticable y digerible, y no sólo abrir una lata de sopa y calentarla directo sobre la flama, como usualmente salían del apuro!
Entonces, fué cuando las imágenes y preguntas me llegaban como lluvia de ideas, y sabrá Dios si fué el efecto de la cafeína, y la influencia de la mágica música, pero dilucidé, entre otras cosas, por ejemplo, al mismísimo Miguel de Cervantes, inspirado, escribiendo su magna obra del "Quijote de la Mancha" y caí en cuenta, que ¿acaso la hubiera podido concluir, si continuamente un chiquillo lo interrumpiera, llorando a todo pulmón, para decirle, entre otras miles de quejas, que su hermano mayor puso salsa picante sobre su pastel?
Y el gran maestro Beethoven, ¿hubiera sido capaz de componer su "Sonata Claro de Luna" si la ropa sucia acumulada en el piso, yá alcanzara el metro de altura?
Imaginaba también al genio Miguel Angel, montado en sus andamios, pintando La Capilla Sixtina
y teniéndo que bajar a cuidar que la sopa no se queme, en lo que limpia los pisos!
No concibo a Albert Einstein, dejando a medias sus teorías para correr a formar largas filas y hacer el pago correspondiente, antes de que corten la luz...
De hecho, llegué a la conclusión de que ninguno de estos inigualables hombres que dieron gloria al mundo con su genialidad, hubieran sido capaces de suplir por un sólo día, a quien fuera
que se ocupara de las labores domésticas, ésas que quien nunca las ha realizado, tanto las desdeña. Tan fácil que es levantarse al alba y arrear somnolientos y malhumorados niños a la escuela, con su almuerzo en la mano; regresar, poner orden, trastos que lavar, baños que limpiar, sacar la basura, pasear al perro sin olvidar recoger sus "gracias"; al regresar por los niños, comprar un par de aguacates junto a la pollería, son los mejores, y de paso recoger la ropa de la tintorería; ¡qué tanto puede ser, si son unas cuadras más que transitar!
Una vez que coman, que hagan las tareas; seguramente necesitarán una litografía, papel cascarón ó una maqueta hecha en plastilina; y en cuanto quede preparada la merienda, a bañarlos y si acaso se logra el milagro de mandarlos a la cama, sin dar todo tipo de argumentos que terminan en serias amenazas, no olvidar que mañana la niña debe ir disfrazada de mariposa!
Qué bien me sentí, al terminar mi trabajo, porque quedé convencida de que alguien está gestando una obra maestra, y yo... soy su colega!

Penélope

1 comentarios:

LobadeCiudad dijo...

JA, JA JA, Hacía días que no me reía tanto, sobre todo imaginando a Miguel Angel pintando la capilla sixtina y bajando como orangután para que no se le quemara la sopa, aaayyy mujeres , parece mentira pero pasan y pasan los años y seguimos atrapadas entre la ropa y los trastes, que difícil resulta expandir nuestra mente, espíritu y expectativas con los niños y la casa colgando. Gracias por el humor y el momento de reflexión y me voy porque voy a preparar la comida.
Loba hambrienta